La previsión de lluvias a lo largo de todo lo que resta de Semana Santa parece que afecta de manera desigual al sector turístico de Sevilla, ya que las previsión de los hoteles contempla un grado de ocupación cercano al 90% pese a la inestabilidad anunciada mientras que la hostelería sí que ha visto trucada sus expectativas, que considera que “se han ido al garete”.
Así, los hoteles prevén casi un 90% de ocupación desde el Jueves Santo hasta el Sábado Santo, una "muy buena cifra", sobre todo, "teniendo en cuenta la meteorología", según aseguraba el presidente de la Asociación de Hoteles de Sevilla (AHS), Manuel Cornax, en declaraciones a Europa Press.
En cuanto al conjunto de la Semana Santa, desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección, el sector estima que el porcentaje de ocupación "roce" el 85%, cifras "muy similares" a las registradas en años anteriores, "teniendo en cuenta que nunca hay dos seguidos iguales" y que en este 2024, "al venir adelantada la Semana Santa", las ocupaciones suelen ser "ligeramente inferiores".
En opinión de Cornax, "es muy difícil que a última hora se produzcan cancelaciones de reservas", teniendo en cuenta, además, que en Semana Santa los españoles que se desplazan "lo hacen mucho por carretera" y que las estaciones de esquí "no van a estar, lógicamente, muy practicables a pesar de la nieve". Asimismo, por el tema de la lluvia, "la costa tampoco va a salir muy favorecida. Hay destinos de interior que van a salir beneficiados, pero aun con todo no esperamos una reserva de última hora importante".
La hostelería no es optimista
Sin embargo, no son tan optimistas en la hostelería. Así, el presidente de la Asociación de Hostelería de Sevilla y vicepresidente de la federación andaluza de hostelería, Alfonso Maceda, aseguraba también a Europa Press que las previsiones que tenían en un principio eran "más optimistas", pero, evidentemente, "el clima no nos favorece y esas previsiones se han ido al garete".
Según Maceda, tanto el Domingo de Ramos como el Lunes Santo "nos defendimos", al ser un día de "mucho público y de mucha gente en nuestros establecimientos", pero lamentaba la climatología para los próximos días, ya que "parece ser que el resto de la semana difícilmente salgan procesiones con lo cual nos influye enormemente en nuestra ventas".
Con respecto a la ampliación de horario para la venta de alcohol durante la Madrugá por parte del Ayuntamiento de Sevilla, Maceda explicaba que se ha aumentado en media hora el horario de venta con alcohol en la zona centro, mientras que en el resto de establecimientos "se cumplen los horarios que normalmente tengan a lo largo del año", por lo que, "esa media horita pues nos va a dar un poco de margen para que no tengamos que echar a nuestros clientes deprisa y corriendo", señalaba.
"Lo que quiere decir esto es que a las dos de la mañana no es que esté abierto el local, sino que tenemos esos tres cuartos de hora para ir recogiendo y cerrando", matizaba.
Al hilo de ello, Maceda criticaba que "se siga culpando al sector de los incidentes de 2017", porque, según defendía, "nosotros fuimos todo lo contrario, fuimos refugio para el público que estaba en ese momento en la calle desorientado y que no sabían qué hacer con el miedo".
"Queremos es que en próximos años eso desaparezca y tengamos los horarios normales que hemos tenido siempre", reivindicaba al tiempo que recordaba que normalmente los ayuntamientos pueden aumentar en dos horas el horario en las fiestas de la localidad, por tanto, "aquí en Andalucía si un bar sin música tiene un horario normal hasta las tres de la mañana, podría cerrar a las cinco", aseguraba.
Por último, argumentó que el plan especial para los establecimientos en las calles adyacentes a la carrera oficial, los cuales tienen que solicitar su apertura a partir de las dos de la mañana que es el límite que se ha puesto este año, pero "no pueden vender productos con alcohol, tienen que hacer un servicio de cafetería más que de bar".
"Se puede vender comida, bebidas, café, refrescos, cualquier cosa, pero que no tenga alcohol. Entonces para nosotros es complicado y difícilmente hay una apertura de bares mayoritaria porque realmente en muchos casos no es rentable", decía para además resaltar que "al día siguiente es un día fuerte, el Viernes Santo, y se necesita personal para ese día y agotarlo en esa madrugada tampoco nos conviene".