La
primera jornada de votación sobre el
modelo de la Feria de Abril ha arrojado, hasta las ocho de la tarde, una
participación del 8,84% del censo total, lo que quiere decir que
51.810 sevillanos han podido emitir su voto, a pesar del
colapso inicial del sistema, mientras que ya han
solicitado su código para poder votar
80.504 personas, lo que quiere decir un
13,17% del total del censo, que casi alcanza las 600.000 personas. En la
primera jornada se han superado ya los
40.000 participantes de la consulta de 2016 y, además, si prosigue la tendencia,
podría superarse el 15% de participación que estimaba la Delegación de Fiestas Mayores.
Lo cierto es que la primera jornada de votación
no ha estado exenta de dificultades, ya que desde las nueve de la mañana, cuando se abrió el proceso de voto telemático a través del portal
consultaferia.sevilla.org, se repitieron los “
problemas” derivados de la “cantidad” de peticiones telemáticas de acceso, en palabras del delegado de Fiestas Mayores, Manuel Alés, lo que terminó por colapsar el sistema.
Dos horas después, el sistema ya estaba completamente
estabilizado y, aunque hubo picos de saturación momentáneos, la normalidad fue la tónica dominante y los sevillanos, empadronados y titulares de casetas y carruajes,
ejercieron su derecho al voto o se descargaron su código que les permitiría hacerlo con posterioridad, con más de
20.000 nuevas solicitudes con respecto a las ocho de la tarde de la jornada anterior. El
resultado se conocerá oficialmente el
viernes aunque desde el Ayuntamiento avanzan que
podrían hacerse público el mismo jueves, tras terminar la votación a las ocho de la tarde.
Estos problemas han llevado a
Facua Sevilla a
criticar la “falta de previsión” del Ayuntamiento y a calificar de
“chapucera” la web habilitada para la votación, apuntando que “son numerosos los usuarios que han compartido en las redes sociales su desesperación al intentar acceder a la página web de la consulta y no poder expresar su postura por los problemas que presenta: demasiado tiempo en cargar, ventanas de error al intentar avanzar, apartados donde cliquear para obtener el código personal o directamente para votar que no funcionan, etcétera”.
La alertaba de que
los fallos “persisten” y criticaba la “falta de previsión del Gobierno de José Luis
Sanz”, a quien además afeaban que se hubiera “
posicionado abiertamente” sobre su deseo de volver al modelo antiguo, cuando “
debería mostrar una postura neutral e imparcial para no condicionar los resultados de este proceso de votación”.
El
debate, además,
se trasladaba a la calle, a las entidades y a las redes sociales, con posicionamientos más o menos oficiales a favor de un formato u otro. Mientras entidades como
Atica, la Asociación de Titulares de Casetas de la Feria de Abril de Sevilla, hacían un
llamamiento para volver al formato antiguo, que ya había sido respaldado por la hostelería sevillana, los empresarios de
Los Remedios reiteraban su apuesta por mantener
el modelo actual, aunque ha sido más animado en las
calles, donde ha sido tónica habitual en
conversaciones y tertulias mientras más de uno aprovechaba para votar defendiendo su opción y otros se animaban, ahora sí, a entrar en la web y apoyar la opción contraria, o no.
También se ha materializado en las
redes, donde las críticas iniciales al colapso del sistema daban paso a la defensa de una u otra opción, como María Jesús Pérez Bancalero, que regenta el popular
bar La Chari y reciente medalla de Sevilla, que pedía por su cumpleaños (el 24 de abril) que dejasen
“la feria como está, larga, que yo pueda aprovechar más días de feria, que yo soy muy ferianta”, mientras, otros, con
más guasa que otra cosa, querían añadir una
tercera opción a la consulta, que durara
diez días, “así a los de Sevilla Este les da tiempo de llegar al Real”.
Los sevillanos, 582.967 empadronados y 2.931 titulares de casetas y carruajes, 585.898 en total, podrán ejercer su derecho al voto en la consulta
hasta el jueves a las ocho de la tarde, ya sea a través de sus
móviles u ordenadores, como
presencialmente en las sedes de los distritos, donde siempre hay al menos un funcionario para asesorarles y ordenadores en los que poder emitir su voto, siempre que el sistema no colapse de nuevo.