El especialista del
Servicio de Cirugía General del
Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, en Sevilla,
Daniel Díaz Gómez, explica que, “si se consideran todos los tipos de
tumores de todos los orígenes, así como todos los grados de diseminación, cuando logran ser
extirpados al 100% y reciben el
tratamiento de quimioterapia intraoperatoria apropiado,
la supervivencia a cinco años se sitúa alrededor del 50% en casos de
carcinomatosis peritoneal”. Asimismo, señala el
cáncer de ovario como uno de los
más frecuentes en producir carcinomatosis y, por ende, es una enfermedad que “afecta en mayor porcentaje a mujeres que a hombres”.
Al hilo, el especialista recalca que “no hay que perder de vista que estamos hablando de una
enfermedad tumoral metastásica, que hasta hace muy poco tiempo era desestimada para cualquier tratamiento con intención curativa y veían limitada su
acción terapéutica sólo al terreno paliativo”.
Así, se entiende por
carcinomatosis peritoneal la
diseminación de cualquier
tumor por la superficie del
peritoneo, es decir, por el
interior de la cavidad abdominal. “Lo más frecuente es que se produzca por la extensión secundaria de un tumor originado en
algún órgano dentro del abdomen, aunque también puede producirse por la diseminación de tumores primarios del propio peritoneo o, mucho menos frecuentemente, por la diseminación de tumores originados fuera de la cavidad abdominal”, apostilla
Díaz Gómez.
En concreto, las carcinomatosis
más comunes son las que tienen su origen en
tumores del ovario o el colón, así como otros menos frecuentes, pero relativamente habituales, como el de
apéndice cecal, el de
estómago, el de
páncreas o los que tienen su inicio en el propio
peritoneo tales como los
mesoteliomas. “Existen diferencias importantes entre todos estos tipos, porque a pesar de tener el
nexo común de constituir una enfermedad diseminada por el peritoneo,
cada uno de ellos tiene una forma distinta de expandirse por el mismo. Esto implica que las
técnicas quirúrgicas a aplicar para su tratamiento serán
diferentes en cada caso, así como la
quimioterapia complementaria”, explica el cirujano.
De este modo, el especialista indica que “
uno de los casos más frecuentes es el cáncer de ovario, debido a que las lesiones en este órgano pueden alcanzar tamaños bastante voluminosos sin que produzcan síntomas relevantes en los pacientes”. “Los siguientes en frecuencia son los tumores del
colon y, a mayor distancia, los de
estómago o páncreas”, matiza.
“En la mayoría de los casos se complementa la intervención también con la
aplicación de quimioterapia en la cavidad abdominal”, si bien, una cuestión muy importante a tener en cuenta, según el especialista, es que, “mediante tratamientos con
quimioterapia intravenosa, “es posible que casos que inicialmente hayan sido considerados no aptos para una cirugía potencialmente curativa, en base al elevado grado de carcinomatosis, pueden lograr
reducir el grado de carga tumoral y llegar a convertirse en candidatos óptimos gracias a la aplicación de
tratamientos preoperatorios”.
Así pues,
Daniel Díaz Gómez subraya que “
cada vez se logran mejores resultados por la actuación combinada de la quimioterapia intravenosa junto a las cirugías apropiadas con o sin quimioterapia interaoperatoria”. “Esta forma de tratamiento se engloba en la denominada
estrategia ‘oncoquirúrgica’, que logra materializarse a través de los comités de tumores multidisciplinares del
Hospital Quirónsalud Infanta Luisa en los que los perfiles son discutidos por
expertos de las diferentes especialidades implicadas para la selección de la
mejor modalidad terapéutica para cada caso concreto”, concluye.