La popular
tienda de ultramarinos de la travesía de Castilblanco de los Arroyos,
Comestibles Romero Márquez, se encuentra en
fase de liquidación durante este mes de junio. El propietario de este negocio familiar
se jubila y echa el cierre de una persiana que ha estado en servicio con una
fórmula dura pero exitosa:
abrir de forma ininterrumpida desde 1995 en horario maratoniano de
5 de la mañana a 9 de la tarde ofreciendo
pan de pueblo,
bocatas,
chacina ibérica y
quesos de oveja y de cabra
de la Sierra Morena.
"
Hay monasterios y conventos con una clausura más leve que la que yo me impuse al abrir la tienda casi todos los días del año", bromea Eduardo Romero, emocionado por las
muestras de agradecimiento que viene recibiendo desde que anunció el cierre de este emblemático ultramarinos. Enfrenta este
tránsito hacia la jubilación con
sentimientos encontrados. No en vano, Romero sumaba 36 años cuando se puso al mando de este negocio de la Avenida Antonio Machado de Castilblanco de los Arroyos, y se acerca a los 67 al tiempo de cerrar esta etapa.
"
Esta tienda es una parte importante de la vida de mi familia, por eso de un lado está la sensación de
alivio de acabar con los deberes hechos, y de otro también
cierta pena porque este negocio llega a su fin", detalla. Este mostrador ha servido también para apoyar la actividad local, contribuyendo con
asociaciones, hermandades y eventos que se llevan a cabo a nivel local a lo largo del año. Y como reclamo, dado que muchos clientes acudían al municipio buscando
productos de la comarca en este despacho, el último de este tipo que quedaba en servicio.
Romero avanza que, hasta fines de
junio, el negocio se encuentra en
fase de liquidación del stock disponible en el establecimiento. Ofrece además una variedad de
productos de proximidad a precios de saldo con el objetivo de agradecer así la fidelidad de
una clientela "que ha estado con nosotros estos 30 años", añade el propietario, consciente de que el pequeño despacho tiene clientes de lugares dispares más allá de Castilblanco, y se ha convertido con los años en una
referencia del pequeño comercio en la provincia de Sevilla.
Sobre el
traspaso del despacho a otros emprendedores,
"no se descarta", explica Romero. Asegura que, si no se llegase a concretar un traspaso a lo largo del mes de junio, se continuaría la fase de liquidación de esta tienda con la
venta de maquinaria como la vitrina, el peso, la cortadora, los congeladores o las cámaras frigoríficas, así como con el resto del
mobiliario del establecimiento. La
pérdida de este negocio familiar va
más allá de la actividad económica del municipio y, por sus características, tiene un
importante componente afectivo y social.
PROMOTOR DE OTROS NEGOCIOS FAMILIARES
El negocio regentado por Eduardo Romero y Dolores Márquez es un
emblema de Castilblanco de los Arroyos y sus
bocatas "al gusto" han sido degustados y celebrados por
varias generaciones de vecinos y visitantes. Por el despacho tradicional han pasado hasta
3 de las 6 panaderías que llegó a tener el municipio en los años noventa, de las que hoy siguen
apenas 2 en activo, pero también
mataderos de Almadén de la Plata o Constantina,
queserías de campo o
almazaras de aceite como las
cooperativas de Guadalcanal y Cazalla de la Sierra, negocios que encontraron aquí un lugar para acercar su producción a sus clientes.
La
algarabía más internacional ha sido
cosa del día a día en Comestibles Romero Márquez. "A lo largo del año son centenares las personas que vienen haciendo el
Camino de Santiago por la Vía de la Plata o para la
ermita de San Benito Abad, una de las grandes devociones de Sevilla, y pasan por nuestra tienda parar comprar el
bocadillo, la
fruta fresca, algunos
embutidos o frutos secos", detalla Eduardo Romero desde el mostrador del ultramarino, "y otras muchas familias de la provincia que tienen en las
urbanizaciones y las fincas de nuestro pueblo su
segunda residencia y pasan cada vez más tiempo en Castilblanco", añade.
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La
hora de apertura maratoniana de este negocio en la calle principal de Castilblanco ha sido otra de las bazas que han dado fama a la tienda: "a las 5 de la mañana abro, y sobre las 5:30 horas ya tenemos el
pan recién hecho en el mostrador, eso hace que muchos trabajadores puedan llevarse su bocata caliente". Por ese motivo
una artista de Corea del Sur le dedicó una serie de viñetas durante su estancia en la Sierra Morena de Sevilla, como parte de un
proyecto de intervención artística.
El
cierre de Comestibles Romero Márquez
trasciende a la vida de la familia que lo regenta. Conscientes de ello, se ha puesto a disposición desde este lunes un
Libro de Visitas para que los vecinos, visitantes y clientes puedan escribir unas palabras a modo de recuerdo "que
no queremos leer hasta que cerremos por última vez esta persiana", detalla Eduardo Romero. Una idea con la que esperan canalizar el agradecimiento de las personas a las que han despachado en esta larga etapa laboral.
Más allá de la clientela, detalla Romero, el
vínculo ha sido tambié
n intenso con los proveedores, distribuidores y negocios de la Avenida: "de todos me llevo un buen recuerdo", subraya el tendero descontando otra jornada laboral previa a la jubilación, "aunque
tendré que acostumbrarme a estar al otro lado del mostrador cuando acuda a otra tienda a comprar el pan o las chacinas a partir de este verano", concluye.