Los
empleados de la tienda que la firma Lush Cosmetics tiene en el número 6 de la sevillana
calle Tetuán han colocado en el escaparate un
cartel con la imagen de un toro y el lema ‘La Tauromaquia no es mi cultura’, para invitar al interior a quienes quieran
firmar en apoyo a la Iniciativa Legislativa Popular en pro de la derogación de la ley por la que se declaró la
tauromaquia patrimonio cultural.
Conociendo la trayectoria de esta firma se comprende mejor el paso que ha dado en
Sevilla, ciudad considerada la
meca del toreo junto con Madrid y que alberga una de las plazas de toros más famosas del mundo, la de la Maestranza, en la cual también existe un museo taurino.
Desde sus comienzos, hace más de 25 años, la
innovación y sus
principios éticos han sido el motor de Lush, según proclama en una especie de declaración de principioe en su página oficial.
"En Lush -asevera la sociedad- nos esforzamos por
liderar la revolución cosmética con productos de belleza pioneros como las bombas de baño, las gelatinas de ducha y los champús sólidos. Nuestra cosmética hecha a mano se centra en
usar frutas y verduras frescas;
luchar contra el testado en animales; y combatir el
exceso de packaging con el desarrollo de productos desnudos, que no necesitan envoltorios".
Y continúa: "Llevamo
s luchando contra el testado en animales desde antes de abrir nuestra primera tienda, y la lucha continúa hoy en día. La
experimentación con animales no arroja grandes resultados, ya que a menudo las conclusiones son irrelevantes para los humanos. En su lugar, probamos la
seguridad y eficacia de nuestros productos en personas que se ofrecen voluntarias. También utilizamos métodos de
prueba in vitro, con cultivos de células humanas y microbiología".
Lush
no ensaya en animales ni utiliza materiales que contengan derivados animales no aptos para personas vegetarianas. Además, solo compra materias primas a empresas que no estén involucradas en el uso directo o indirecto de pruebas en animales. Cree que la experimentación con animales no es aceptable. Reconoce que la seguridad es primordial, pero también que se puede garantizar sin el uso de animales.
No compra ingredientes de
proveedores que hayan realizado, encargado o participado en ensayos con animales después de la fecha límite que fijó el 1 de junio de 2007, a menos que el proveedor se comprometa a
no realizar más este tipo de
testado y a
utilizar alternativas in vitro aceptables para Lush, es decir, procedimientos en entornos controlados fuera de un organismo vivo.
Aunque reconoce lo que califica como "inevitable excepción de la
legislación REACH (Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias Químicas)", Lush quiere seguir animando a los proveedores a realizar
pruebas de seguridad utilizando métodos de ensayo sin animales y a financiar este tipo de pruebas alternativas.
Desde el primer día Lush ha aplicado esta política y cree que eso demuestra que es posible
inventar, fabricar y sacar al mercado toda una gama de productos sin necesidad de recurrir a las
pruebas con animales. Los fundadores pusieron en marcha esta política en
junio de 1993, cuando aún dirigían su anterior empresa, Cosmetics To Go. Por eso, Lush lleva funcionando de esta forma desde que abrió sus puertas en
1995.
Todas las tiendas de esta cadena cosmética en España son
puntos de recogida permanente de firmas contra las corridas de toros. En Sevilla, además, también recogen firmas para la Iniciativa Legislativa Popular el
Herbolario Natur Nervión (Avenida de Eduardo Dato, 30) y la
Red Verde (calle San Luis, 46).
INICIATIVA POPULAR
Un grupo de ciudadanos registró el 4 de enero de 2024 una Iniciativa Legislativa Popular (
ILP) para
derogar la Ley 18/2013 de patrimonio cultural de la tauromaquia. A principios de febrero, la Mesa del Congreso la admitió a trámite y ahora disponen de
nueve meses de plazo para reunir un total de 500.000 firmas, con el fin de que se pueda iniciar su tramitación en el Congreso de los Diputados. El plazo, pues, acaba a principios de noviembre.
A juicio de los promotores de esta iniciativa, la Ley 18/2013, de 12 de noviembre, para la regulación de la tauromaquia como patrimonio cultural,
socava las competencias autonómicas y municipales para prohibir o regular espectáculos que generan un fuerte rechazo social.
Esta normativa estatal priva a los ayuntamientos y autonomías de poder regular las
manifestaciones del patrimonio cultural propio. De esta manera, se limitan las competencias regionales y
se protege a la tauromaquia por encima de cualquier otra manifestación cultural o artística.
Más información, en el siguiente enlace:
https://noesmicultura.org/