Sevilla es una ciudad inhabitable y requiere una regulación exhaustiva del fenómeno de la turistificación, de los alojamientos turísticos pero también de la ocupación del espacio público por la hostelería, y por eso los vecinos exigen una moratoria “ya” para licencias de todo tipo de alojamientos turísticos y que no se apruebe la ordenanza de veladores en los términos en los que se está redactando en la actualidad.
Son las principales reivindicaciones que ha realizado la asociación Sevilla se muere durante la concentración que han protagonizado este miércoles en la Plaza del Salvador, a la que ha acudido un centenar de vecinos y ha estado apoyada por Susana Hornillo, portavoz de Con Podemos-IU en el Ayuntamiento; Fernando Rodríguez Galisteo, edil de Vox; y Lola Dávila, de la AAVV Plaza de Armas.
David López, presidente de Sevilla Se Muere, no leía en esta ocasión un manifiesto sino que, micrófono en mano y bajo la mirada de la estatua de Martínez Montañés, arengaba a los presentes sobre la “realidad”, que hay que poner coto a la “turistificación”, regular el turismo masivo y la ocupación del espacio, que está haciendo que Sevilla sea “inhabitable para los vecinos, transformada en un parque de atracciones sin alma y sin vida”.
Sevilla cuenta con más de 46.000 plazas de alojamiento turístico y, aunque la ciudad se supone que es residencial, está siendo suplantada por otro concepto, la vivienda a disposición del que quiere quedarse una noche. “Se han estado dando licencias a gogó”, se lamentaba López, recordando que el anuncio de la regulación ha hecho que se incrementen en un 33% en los últimos meses.
“Que decrete la moratoria ya”, decía entre los aplausos de los presentes, rechazando las acusaciones de pinzas y manipulaciones. “No hay pinza, hay una cosa que está mal hecha”, apuntaba, recordando que hasta la alcaldesa de Granada, la popular Marifrán Carazo, ha anunciado la moratoria mientras se redacta la regulación de las viviendas de uso turístico, aunque López puntualizó: “para todos los alojamientos turísticos”, incluidos también los apartamentos porque están “vaciando edificios enteros del siglo XVIII, machacando caseríos que ni en la peor época de la piqueta”.
López apuntó que Sanz, si no aprueba la moratoria, es “porque no quiere”, denunciando la presión de los intereses económicos cuando “se debe a los ciudadanos, que son los sujetos de derechos, no las corporaciones ni las empresas”, reclamándole que “haga cumplir la ley y que cumpla con la ciudadanía” ante esta “oleada que lo consume todo, como una plaga de mangostas”.
“Los que van a contracorriente son ellos”, decía López defendiendo que el movimiento contra ese modelo de turistificación se está extendiendo por toda España, un modelo que permite que la hostelería ocupe “nuestra calle” con el “cuento” de que “tienen que llevar el pan”, una “barificación y velarización” que calificó de demencial, que atenta contra los derechos de los vecinos y sin “una policía que nos ampare”.
Aprovechó para recordar que la ordenanza de veladores que prepara el Ayuntamiento no cuenta con el consenso de las asociaciones vecinales pero tampoco con el del Consejo Económico y Social, rechazando de plano la ampliación de horarios o que las terrazas de veladores no se adecúen al tamaño del bar, negando que exista un consenso porque apenas un 2% de las alegaciones se han aceptado.
“Habrá cosas que sean negociables pero otras no”, adelantaba el presidente de Sevilla se muere, entidad a la que recordó aún no ha recibido, y recordó al alcalde, José Luis Sanz, que “se debe a sus vecinos, a sus votantes, no es un agente comercial de los lobbies hostelero y hotelero”, reclamando a la oposición que vote en contra para que caiga la pelota siempre a favor de la hostelería.
La Policía, custodiando veladores
La concentración también ha provocado ciertos momentos de tensión cuando parte de los manifestantes han ocupado una de las mesas de una de las terrazas de veladores de la plaza, lo que comunicaba un camarero a la Policía Nacional, que ha obligado a los manifestantes a cumplir con la autorización que tenían y respetar el perímetro de la terraza, de forma que los agentes han custodiado el espacio (las sillas y mesas vacías) hasta que finalmente los empleados han procedido a retirarla al completo.
La actuación policial ha dado pie a los presentes a criticar la ocupación de las plazas y calles por los veladores y, en este caso concreto, incluso a denunciar públicamente que el establecimiento, aunque tuviera licencia para tener mesas y sillas, no las tenía para ubicar veladores en la pared, puesto que era un edificio de valor patrimonial, un BIC (el hospital de la Paz) donde apoyaban las mesas. “Sinvergüenzas”, llegaban a exclamar los presentes, preguntándole irónicamente David López de “qué van a vivir” el día que los turistas no estén.