Ayesa, a través de su filial
Atech BPO, ha comunicado a la empresa
Smart Servicios Avanzados, que
finaliza “de forma anticipada” el contrato que tenía con esta consultora y, al ser su
único cliente, la
consecuencia inmediata ha sido el
despido de su plantilla, que ya había
denunciado a la multinacional
Ayesa por “cesión ilegal”, que, en lugar de optar por la
subrogación, ha elegido rescindir la relación contractual, vulnerando ambas los derechos de los trabajadores, la mayoría de ellas mujeres.
Es la
denuncia pública que realiza el sindicato ASC, que lleva meses denunciando cómo
Smart y Ayesa han utilizado el
pago de los salarios, con retrasos injustificados, para
presionar a la plantilla para que acepten
renunciar a su antigüedad en la subcontrata y pasar a formar
parte de la multinacional pero sin sus derechos adquiridos, especialmente cuando esos años trabajados eran los únicos que les garantizaban cobrar un salario por encima del mínimo interprofesional.
ASC exige “la inmediata
subrogación de los trabajadores de Smart por Atech Bpo, respetando su antigüedad, empresa capaz de hacerlo en tanto ahora va a subrogar a en torno 200 trabajadores procedentes de otra empresa”.
Según el sindicato,
el pasado lunes 22 de julio, “las trabajadoras de la empresa Smart
cedidas ilegalmente a Ayesa, concretamente a la empresa del grupo, Atech BPO, empezaron a recibir
cartas de despido". La comunicación venía precedida de un
escrito fechasdo el 8 de julio que recibió Smart de Atech BPO “firmado por el
Director General de Ayesa y apoderado del grupo, Germán del Real, donde comunica a la dirección de Smart la
finalización “de forma anticipada” del Contrato Marco de prestación de servicios de consultoría firmado por Atech BPO SLU y Smart Servicios Avanzados SL”.
De “
desfachatez empresarial” califica ASC las cartas de despido, puesto que “les comunican a los trabajadores y trabajadoras la
indemnización que les corresponde y, a renglón seguido,
les dicen explícitamente que no les van a pagar dicha indemnización”, lo que a juicio del sindicato es un incumplimiento del artículo
53.1 del Estatuto de los Trabajadores, que establece que la empresa debe “poner a disposición del
trabajador,
simultáneamente a la entrega de la comunicación escrita, la indemnización” que le corresponde, lo que implicaría de forma inmediata la improcedencia del despido, según explican desde ASC.
La razón por la que no se les abonará la indemnización, según el sindicato, es que
Ayesa no les ha abonado el contrato aunque, en la documentación de Ayesa refleja que esta compañía “
está al corriente de pago”, aclaran. Además, la finalización de la relación contractual entre Ayesa y Smart ha provocado que
toda la plantilla sea despedida, por lo que no podrían ser despidos de forma
individualizada sino a través de un
expediente de regulación de empleo, relatan desde ASC, que recuerda que, en ese caso, nunca se podría superar el 10% de la plantilla.
Alevosía y mala fe empresarial
El sindicato además es muy crítico con
la “alevosía” y la “mala fe” que han demostrado. “Ayesa organiza esta agresión contra los trabajadores y las trabajadoras de Smart, plenamente consciente de la
existencia en los juzgados de casi una decena de denuncias por cesión ilegal, para que los despidos se produzcan en la
última semana de julio, procurando que los trabajadores estén
lo más desprotegidos a la hora de tomar medidas judiciales contra las dos empresas, al igual que
impedir las acciones sindicales contrarias a esta tropelía y de rechazo al estar el grueso de trabajadores de Ayesa de
vacaciones. Y es que, en derecho laboral, el mes de agosto es hábil, y esto lo utilizan las empresas para cometer
todo tipo de tropelías en ese mes contra los trabajadores y, como podemos comprobar, Ayesa es una de las empresas que actúa así”, aseguran tajantemente.
ASC recuerda que
Smart Servicios Avanzados “es una
creación, allá por 2004, de la antigua Sadiel -hoy Ayesa Advanced Technologies SA-, por la que se subcontrataban, fundamentalmente a trabajadoras, que eran
cedidas ilegalmente a Sadiel donde realizaban íntegramente su trabajo, algo que ha sido
reconocido incluso por sentencias firmes de trabajadoras que denunciaron anteriormente esta práctica ilegal”.
Desde hace en torno a dos años, “Ayesa pretendía
resolver esta situación de ilegalidad, haciendo pasar a Ayesa a trabajadoras y trabajadores cedidos ilegalmente por Smart, con
antigüedades comprendidas entre los 13 y los 20 años, siempre que estos trabajadores
renunciaran a su antigüedad”. Ante la negativa de los trabajadores, “
el tándem Smart-Ayesa dio un nuevo giro de tuerca hace un año, utilizando el pago de los
salarios como elemento de presión y coacción a los trabajadores, pagándoles tarde y mal”.
El sindicato denuncia la
forma de proceder de Ayesa y sus “empresas satélites creadas para precarizar las condiciones de los trabajadores -creando trabajadores de “primera” (empresa matriz), de segunda (subcontratados y ETT) y de tercera (becarios), en virtud de los salarios y de las condiciones laborales- para
impedir “el contagio sindical” en Ayesa, para
dividir a los trabajadores y, fundamentalmente, para que los empresarios
amasen cada día más riqueza a costa del empobrecimiento de los trabajadores”.
Y añade a la denuncia un
detalle en la vulneración de los derechos de los trabajadores. “
Smart y Ayesa tienen
acuerdos para el pago del 50% de las indemnizaciones por condena judicial por
cesión ilegal al objeto de
“suavizar los costes en ambas empresas”, conscientes del atentado que perpetran contra los derechos de los trabajadores”, aseguran, criticando abiertamente que, en contraste, Ayesa obtenga “
obscenos dividendos” que son comunicados “a bombo y plantillo por una parte de la prensa”.