El próximo lunes 14 de octubre, a las 19:00 horas en la Casa de las Sirenas (Alameda de Hércules), tendrá lugar la
presentación del libro 'Turismo y sostenibilidad urbana en la ciudad de Sevilla' (Editorial Tirant Lo Blanch), editado por Macarena Hernández-Ramírez y Francisco Javier Escalera Reyes, profesores del
Área de Antropología Social de la Universidad Pablo de Olavide. Enmarcada en el Proyecto UPO-Feder, la obra ofrece un análisis profundo sobre los efectos del turismo en el desarrollo urbano de Sevilla, y pretende contribuir al debate sobre los
desafíos que enfrenta la ciudad en la búsqueda de un equilibrio entre el crecimiento turístico y la preservación de su identidad y sostenibilidad.
El turismo es una de las principales actividades económicas en España en general, y en Andalucía en particular. De
importancia vital para el PIB, también es crecientemente fuente de conflictos. En este desarrollo destaca desde hace varias décadas el aumento del turismo urbano. Esta explosión está produciendo de manera acelerada
la confrontación entre los actores, usos, intereses y funciones de las ciudades, que pone en riesgo la sostenibilidad urbana. Es este el
hilo conductor del presente libro, y de la investigación que, sobre el caso de la ciudad de Sevilla, hay detrás de él.
El análisis se ha centrado en
cuatro ámbitos clave: espacio público, vivienda, residuos y comercio-hostelería. Los resultados revelan la complejidad del impacto turístico en Sevilla, donde no todas las áreas de la ciudad son afectadas de la misma manera ni en el mismo grado. Como señalan los autores,
Sevilla no es homogénea en este fenómeno, y el turismo produce efectos diversos según la zona y las características temporales y espaciales de cada barrio.
“El estudio expone el dinamismo inherente a todo proceso social, y nos obliga a considerar las distintas escalas en las que el fenómeno turístico se despliega en un sistema abierto, complejo, en continuo cambio, tal y como es la ciudad”, exponen los autores de la obra. Así,
una de las alertas más significativas que plantea la obra es el peligro de la intensificación turística en el centro histórico de la ciudad, cuando su componente humano experimenta un creciente proceso de conversión "de vecino a turista". La alienación de la población sevillana del centro histórico, corazón social e identitario no solo de sus residentes sino de toda la ciudad, amenaza al potencial simbólico y de sociabilidad que tradicionalmente lo ha definido y caracterizado, dando lugar al extrañamiento de la ciudadanía de su propia ciudad. “A medida que
Sevilla se sitúa en el mapa global como mercancía deja de ser espacio vivido para ser espacio consumido”, declaran los autores.