Era el propio delegado de Economía y Empleo, Gregorio Serrano, el que daba ayer la voz de alarma cuando en un comunicado anunciaba que mantenía la prórroga de la suspensión del matadero de Mercasevilla, pero esta vez no por incidencias en las cámaras frigoríficas, sino porque se había detectado una “disparidad” entre la carne equina sacrificada allí y la vendida, más material y sin control, extremo que posteriormente negaba la empresa concesionaria, Gesesur 2.
Tras la polémica suscitada por el hallazgo en diferentes productos alimentarios de conocidas marcas de proporciones de carne de caballo en niveles superiores a los anunciados, ahora ha sido el Ayuntamiento hispalense y el matadero del mercado central de Mercasevilla los que se sitúan en el centro de la polémica.
Gregorio Serrano anunciaba ayer la apertura de un nuevo expediente, prorrogando así la suspensión cautelar que ya pesaba desde abril, a la empresa Gesesur 2, concesionaria de la gestión del matadero de Mercasevilla, expediente que incluso se ha puesto en conocimiento de la Fiscalía de Sevilla por si fuera constitutivo de un delito contra la salud pública.
En este caso, y según Serrano, el expediente se ha incoado tras detectarse la “disparidad de cifras en le control veterinario de los equinos sacrificados”, de forma que no coinciden el número de caballos que salieron del mercado central con los que realmente fueron sacrificados.
Según Serrano, esta disparida fue localizada después de que “los técnicos comunitarios solicitaran al Ayuntamiento un informe con un muestreo de los equinos sacrificados”, petición que se cursó tras la primera inspección que derivó en suspensión cautelar. En aquella ocasión, dos locales destinados a oficinas y anexos a las cámaras de conservación fueron utilizados para “actividades de almanacenamiento, congelación y manipulación de carnes frescas”.
Aunque los motivos que provocaron esa primera suspensión “han desaparecido”, las disparidades localizadas tras comprobar el número de ventas realizadas y el control sanitario, han provocado la prórroga de la clausura, que se mantendrá “hasta que no se averigüe qué es lo que ha pasado”, según Serrano.
Además, el delegado de Empleo ha anunciado que se han puesto los hechos en conocimiento de la Fiscalía de Sevilla “para que investigue si se ha podido cometer un delito contra la salud”, apuntando que todos los pasos han estado coordinados con la Consejería y el Ministerio de Sanidad, a los que se ha informado puntualmente.
Gesesur lo niega
Tras conocerse esta nueva suspensión cautelar, la gerente de Gesesur 2, Carmen Olía, ha negado en declaraciones a Europa Press que se hayan sacrificado animales “al margen del control veterinario”, atribuyendo la incidencia a un error en la contabilización de los sacrificados.
Olía ha confirmado que, “en efecto”, las cifras de sacrificios del control veterinario del Ayuntamiento y del propio matadero “no coinciden”, pero ha negado que se hayan sacrificado animales al margen de los controles veterinarios “oficiales”.
“Ningún animal, en absoluto, ha sido sacrificado sin pasar por el control veterinario oficial”, ha insistido, asegurando que todo se trata de un error en la cuenta de sacrificio de una de las dos partes. “Hay que ver quién de los dos está equivocado”, ha dicho.
Olía ha reclamado al Ayuntamiento que permita la reanudación de la actividad del matadero, cuya plantilla se ha visto sometida a un ERE temporal tras la suspensión de abril.
Las cifras no coinciden
El cuadrante de los controles veterinarios y el de los caballos sacrificados no coinciden. El Ayuntamiento ha decidido suspender de forma cautelar la actividad pero Gesesur asegura que es un fallo en la contabilidad de los sacrificios.
Primera sanción, superada
En abril se suspendió la actividad al detectarse que usaban oficinas para tartar carnes frescas. Dos semanas después, la empresa aportaba documentación gráfica de las obras de adecuación de tres de las cámaras frigoríficas objeto de sanción.
