El Premio Filón, al mejor instrumentista flamenco, dotado con 6.000 euros y que se otorga dentro del Festival del Cante de Las Minas de La Unión, ha recaído en José Manuel Bao, Pepe Bao. El bajista consiguió alzarse con el máximo trofeo después de interpretar una taranta y una bulería en la final, a la que accedió con la máxima nota de entre todos los semifinalistas. El músico ha manifestado que “aunque vengo del rock, soy muy flamenco”.
La visión del flamenco desde el bajo eléctrico que ofreció Bao en las tablas del Antiguo Mercado de La Unión abre el camino a nuevos territorios de lo jondo, que es uno de los motivos inspiradores del premio El Filón, único en el ámbito de los concursos flamencos, instituido en el Festival de las Minas hace unos años.
En su currículum, Pepe Bao ha compartido escenario con Raimundo Amador durante veinte años, además de otros prestigiosos artistas nacionales de primer nivel. Fue fundador del longevo grupo, todavía en activo, O’Funk’illo, en el que es colíder y bajista titular, y mantiene y lidera varias formaciones activas, como Baokas 46, o Pepe Bao Jazz Trío.
Según ha manifestado, “para mí ha sido un reto encajar el bajo en una taranta y me ha encantado la experiencia como músico”.
En declaraciones a este periódico, Pepe Bao aseguró que le llamó mucho la atención cómo las personas mayores de la localidad, grandes expertos en flamenco, le paraban por la calle y le abordaban en los bares para preguntarle dónde había aprendido a tocar el bajo así, por flamenco, y de de qué fuentes había bebido para crear esas composiciones.
El gallego, que lleva muchos años afincado en Sevilla, compartió escenario en el festival con el también gallego Miguel Lamas a la batería y con el cordobés Lin Cortés, que aportó la voz.
En plena vorágine de actuaciones, con sus distintas formaciones, por toda la geografía nacional, Bao hizo un alto para comparecer en uno de los más prestigiosos festivales flamencos del mundo, donde dejó boquiabiertos a los miembros de un jurado que valoró la inmensa técnica del músico así como las innovaciones a la música flamenca que aportó. El público respondió con sonoras ovaciones a cada una de las piezas interpretadas por Bao y tanto la prensa generalista como la crítica especializada se rindieron a sus pies.
Sin duda este hecho ha de significar un antes y un después en la carrera del gallego, ya que la consecución de un galardón de este nivel debe redirigir su carrera, abriendo puertas y caminos que para un declarado rockero estaban tan lejanas que parecían inalcanzables.
Pepe Bao no descarta seguir estudiando e innovando en el flamenco, aunque su carrera se haya centrado, hasta ahora, en otras disciplinas musicales como el rock, jazz, funk e incluso el metal. Para un músico de su prestigio es un reto adentrase en otros estilos, consiguiendo altos niveles de calidad en la interpretación y la composición.
El flamenco ha ganado un nuevo artista para la noble causa, que, después del reconocimiento en tan lustroso escaparate, entra de lleno a formar parte de la elite de los músicos flamencos de nuestro país.
