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Sábado 16/11/2024
 
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Sevilla

Defensora del Paciente pide a Fiscalía investigar de oficio la situación de la familia de Alcalá de Guadaíra

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La Defensora del Paciente, Carmen Flores, ha remitido una carta al Fiscal Superior de Andalucía, Jesús García Calderón, en el que le pide una investigación de oficio sobre la situación en la que se encontraba la familia de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) fallecida el día 14 de diciembre de 2013 tras inhalar fosfina --un derivado de un plaguicida "muy tóxico" denominado fosfuro de aluminio-- procedente de unos tapones de envases que la familia almacenaba en un cuarto de baño de la vivienda. "Nadie puede morir en esas condiciones y que Asuntos Sociales de las Consejerías no hagan nada", recalca la Defensora.

   En una nota, se informa que Flores ha insistido en que se lleve a cabo la investigación solicitada en su día con referencia a esta familia. "Como verá, desgraciadamente teníamos razón ya que, aunque no haya sido por la comida, sí lo ha sido por poder mantenerse, es decir cogiendo tapones para venderlos y poder así comer y vivir de forma  alguna lo que ha llevado a su familia a la muerte, excepto uno de ellos", insiste en la carta enviada al fiscal.

   Por este motivo, solicita una investigación de oficio, ya que "tras de la petición realizada en su día, el tiempo nos da la razón y nadie puede tener tantas necesidades para sobrevivir".

   En este marco, cabe recordar que el Instituto Nacional de Toxicología ha entregado al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Alcalá de Guadaíra su informe definitivo sobre la causa de la muerte del matrimonio compuesto por Enrique Caño, de 61 años de edad, y Concepción Bautista, de 50 años, y una hija de 14 años.

   Las fuentes consultadas han apuntado que, según este informe definitivo, la familia falleció "de manera accidental" tras inhalar fosfina procedente de tapones de envases que almacenaban en la bañera del domicilio. La familia guardaba en el baño "sacas con gran cantidad de tapones" de envases, algunos de ellos de fosfuro de aluminio, señalando que "en la base del saco se habían acumulado los tapones con restos" del plaguicida mencionado.

   El profesor de Toxicología de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, Guillermo Repetto, ya dijo que la sustancia referida es "mortal" y señaló que, en contacto con la humedad, desprende una sustancia tóxica llamada fosfina. Esta sustancia es un gas que provoca la muerte de la persona por inhalación "a las pocas horas" de estar expuesta al mismo y, en cuanto a la sintomatología, puede confundirse con un problema alimentario, ya que provoca "vómitos y diarreas". Pasado un tiempo, a estos síntomas se le suman otros como "alteraciones sensoriales" basadas en la pérdida de visión y audición, concluyendo en una parada cardiorrespiratoria.

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