Algo más de 1.000 euros al mes es lo que tendrán que desembolsar los vecinos y comerciantes de Eduardo Dato, en Nervión, a cambio de poder hacer una vida tranquila y normal en su calle y aledaños. Costear de su propio bolsillo a un vigilante de seguridad privado es la “alternativa desesperada” por la que han optado los vecinos de la asociación Nervión Unido y algunos comerciantes para poder terminar con la “sensación constante de inseguridad” que tienen desde hace al menos cinco años debido a los “trapicheos” y al comercio negro originado alrededor de la tienda de compra venta de artículos de segunda mano Cash Converters ubicada en Eduardo Dato.
“El Ayuntamiento no nos da ninguna solución. Como mucho ha intensificado la vigilancia policial en momentos puntuales pero nos dice que estas personas que se congregan alrededor de la tienda para realizar sus trapicheos no están haciendo nada ilegal y que tan sólo las podrían detener si las pillan con objetos robados”, explica a Viva Sevilla Luis Carrero, presidente de Nervión Unido, la asociación que ha liderado esta iniciativa y que ha contactado con los negocios de la zona para sumar apoyos.
Gritos y peleas
El problema, según Carrero, “no es que esta gente se ponga a vender y comprar en plena calle, sino las molestias que ocasionan con sus gritos, peleas y empujones, e incomodando sobre todo a la gente mayor, que tiene miedo de salir a comprar a los comercios de su zona y se marcha a otros lugares a hacer sus compras, con lo que el volumen de los negocios ha disminuido considerablemente y muchos han tenido que cerrar. En la calle Goya sólo quedan un podólogo y una joyería”, señala.
“Hacen sus necesidades en la calle y hasta los niños tienen miedo de jugar fuera porque esta gente está allí continuamente y hasta ocupan las aceras “, explica a este periódico una vecina, que ve con buenos ojos la iniciativa.
Este vigilante (los vecinos esperan el permiso de Subdelegación de Gobierno para poder contratarlo, ya que estaría sujeto a la Ley de Seguridad Ciudadana) actuaría en colaboración con la Policía Nacional, a la que avisaría cada vez que viera algo “fuera de lugar” o incluso “episodios de acoso a los viandantes”, como “ya se han dado”. Ya tienen empresa de seguridad elegida y el profesional contratado recorrería de manera itinerante los comercios de la manzana más afectada que incluye las calles de Eduardo Dato, Marqués de Nervión, Goya y Cristo de la Sed.
Esta medida, que todavía no saben si podrán llevar a cabo o si resultará efectiva, sí ha dado resultados, según Carrero, en ciudades como Jerez, Murcia y Almería.
“El gobierno municipal del PSOE al inicio parecía más dispuesto a colaborar para solucionar esta historia interminable. Pero ahora nos dice que hay un vacío legal que parece ser que no quiere resolver. No quiere poner un policía en la zona de continuo y la normativa municipal no nos ampara”, señala el dirigente vecinal, que apunta que lo único que serviría es que a estos grupos “se les aplicara la misma normativa que para la venta ambulante”. Y se explicó: “la compra venta que realizan no es esporádica, es continua. Es como si estas calles fueran su oficina o sus puestos, pero no pagan nada a cambio ni se atienen a ninguna ley”.
“Si el Ayuntamiento no hace nada, lo tendremos que hacer nosotros. Aún estoy esperando desde enero una reunión con el delegado de Seguridad (Juan Carlos Cabrera)”, finalizó Carrero.
Este periódico se puso en contacto con Aprocom y con asociaciones de comerciantes de la zona, como la de Centro comercial Pickman Nervión para preguntarles por la problemática y aseguraron que eran completamente ajenos a estas circunstancias.