Abengoa ha comunicado a la bolsa sus resultados de los primeros tres meses del año, en los que ha seguido sufriendo las consecuencias de la situación preconcursal, pero al mismo tiempo mostrando una fuerte capacidad de seguir logrando nuevo negocio. La compañía se anotó pérdidas de 340 millones hasta marzo, frente al beneficio neto de 31 millones obtenido en el mismo periodo de 2015. El pasado ejercicio ya se anotó números rojos históricos de 1.213 millones tras sanear su balance para reconocer pérdidas arrastradas.
Estos números rojos a marzo derivan, primero, de la ralentización del negocio; y, segundo, del registro de pérdidas derivadas de la caída en la valoración de ciertos instrumentos financieros. La caída del negocio queda reflejada en el descenso de las ventas del 54%, hasta 719 millones de euros. El beneficio bruto (ebitda) se contrajo otro 85%, hasta 48 millones, logrando mantenerse en positivo pese a todo.
La empresa, no obstante, ha logrado captar nuevo negocio durante los tres primeros meses del año por importe de 700 millones de euros. Con ello, la cartera de obra por ejecutar a finales de marzo se sitúa en 4.800 millones.
Las ventas cayeron fundamentalmente porque se redujo el negocio de ingeniería y construcción industrial a casi un tercio: de 1.070 millones a 388 millones. La rescisión de contratos, la paralización de otros y la venta de algunos más sustenta este derrumbe.
Las otras dos áreas de negocio -concesiones y bioenergía- disminuyeron negocio en menor medida por la venta de activos a Yield (en el primer caso) o por la paralización de algunas plantas de biofuel en EEUU, Brasil y Europa. Bioenergía aportó 269 millones en ventas, cien millones menos que en 2015, y logró un beneficio bruto positivo mínimo: un millón de euros.
Abengoa sigue negociando para alcanzar un acuerdo que aglutine al 75% de todos sus acreedores y pueda ser aprobado en la junta de accionistas del mes que viene.