"Está a punto de llegarse a la firma del acuerdo de Atarazanas". El nuevo consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, señaló este lunes que la Junta y la entidad conservacionista Adepa se encuentran próximos a firmar "un acuerdo que ya existe" y que va a suponer "la modificación del proyecto" inicial de rehabilitación de las Atarazanas ideado por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, acuerdo y modificación "que serán remitido a los tribunales para paralizar el procedimiento judicial y comenzar cuanto antes las obras".
Transcurrido un mes desde que la Junta y Adepa cerraran el acuerdo definitivo para la rehabilitación de las Atarazanas, tras más de nueve meses de negociaciones, sólo falta que ambas partes rubriquen dicho pacto para que pueda comenzar a andar la maquinaria burocrática y producirse el desbloqueo para este bien patrimonial pueda convertirse en un nuevo centro museístico de la capital hispalense gestionado por La Caixa. El nuevo consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, anunció ayer en una entrevista en La Ser que dicha firma del acuerdo "está a punto de llegar".
Así, este mismo jueves por la mañana hay prevista una reunión entre la viceconsejera de Cultura, Marta Alonso, y los conservacionistas, para cerrar aspectos de la firma del acuerdo, tal y como ha señalado a
Viva Sevilla el presidente de Adepa, Joaquín Egea. Esta reunión será un anticipo del primer encuentro entre Adepa y el nuevo consejero de Cultura, que tienen previsto verse las caras por primera vez para tratar el asunto previsiblemente antes de las vacaciones.
En paralelo, Egea ha explicado a esta publicación que el juzgado notificó a Adepa a inicios de julio el inicio de los pasos previos para la vista por el recurso que los conservacionistas interpusieron hace más de un año contra la licencia de obras otorgada para las Atarazanas por la cual el juez dictó su suspensión cautelar. Adepa, a la espera de poder firmar el nuevo acuerdo con la Junta que terminaría con el proceso judicial, ha solicitado al juez 60 días de paralización de dicho proceso para poder cerrar la negociación y presentar ante los tribunales el pacto ya rubricado. Una vez que este acuerdo sea firmado, el documento será remitido al juez para que lo homologue, es decir, para que el acuerdo tenga “naturaleza de sentencia”, y se cierre así el proceso judicial que hasta la fecha había impedido comenzar las obras.
Superados los escollos
Varios fueron los últimos escollos a superar para llegar a dicho acuerdo entre la Junta (propietaria de los antiguos astilleros) y Adepa. Unas escaleras de evacuación planteadas sobre la nave cuatro del monumento (una de las centrales) y el cuerpo de guardia fueron los últimos flecos que ambas partes tuvieron que perfilar para cerrar la negociación. Finalmente, Vázquez Consuegra dio el visto bueno para realizar los cambios arquitectónicos para que dicha escalera de evacuación pudiera desaparecer del proyecto.
Dichas escaleras, que ya aparecían sobre el papel cuando el monumento iba a acoger el CaixaForum, tenían la misión de servir de evacuación para la parte superior del edificio. Vázquez Consuegra las había mantenido en el proyecto actual para el centro museístico, ubicándolas en la nave cuarta del monumento y a su vez servirían para descender al corredor arqueológico acordado entorno a la muralla y a la barbacana. Mientras que la Junta señalaba la necesidad de dichas escaleras atendiendo a normativas de seguridad, Adepa las consideraba "innecesarias" e "ilegales". Para resolver este último escollo, finalmente se va a optar por una reformulación de la tabiquería de la parte superior del edificio para que la normativa anti incendios no obligue a sumar ninguna escalera de evacuación más a las que ya existen. En la parte superior del edificio de la que se habla, la nave cuatro, hay previstas una sala de proyecciones, un aula de formación y una sala de máquinas entre ambas. La idea ahora es la de reestructurar la tabiquería de esa zona (sobre el papel, ya que en la actualidad la nave cuatro está diáfana) y desplazar la sala de máquinas delante de las otras dos salas para que la puerta del salón de proyecciones se encuentre a menos de 50 metros de distancia de una de las escaleras de emergencias que ya existe en el lateral, tal y como indica la normativa.
Acuerdo cerrado listo para firmarse
Tras resolver el freno de la escalera, y previamente el del cuerpo de guardia que también será eliminado al carecer de valor patrimonial, el acuerdo entre Junta y Adepa para la rehabilitación de las Reales Atarazanas quedó completamente cerrado hace un mes.
Dicho acuerdo, que contiene quince puntos y que ha tenido que ser redactado en varias ocasiones tras los múltiples cambios sufridos durante la negociación, ya ha sido reformulado y, tras pasar por los servicios jurídicos de la Junta, quedará listo para que sea firmado por Junta y Adepa. Del cómo y cuándo será la rúbrica aún no hay detalles, aunque todo apunta a que podría realizarse durante un acto en las mismas Atarazanas.
Una vez que este acuerdo sea firmado, el documento será remitido al juez para que lo homologue, es decir, para que el acuerdo tenga “naturaleza de sentencia”, y se cierre así el proceso judicial que hasta la fecha había impedido comenzar las obras. Este proceso de homologación, una figura jurídica que no es muy común, es una garantía para ambas partes de cara a que se cumpla el acuerdo y permitirá cerrar el proceso judicial iniciado por Adepa en mayo de 2016. Si una vez comenzadas las obras alguna de las partes entiende que no se cumple lo dictado por el juez (es decir, que no se cumple el acuerdo) se podría abrir un nuevo proceso judicial.
Cerrado el proceso judicial, y ya sin suspensión cautelar, las obras en Atarazanas podrían comenzar una vez que el nuevo proyecto de obras obtenga el visto bueno de la Comisión provincial de Patrimonio y una nueva licencia por parte de Urbanismo. Se espera que todo este proceso esté cerrado antes de final de año.
En paralelo a la parte burocrática y jurídica, el equipo del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra ya ha comenzado a realizar la modificación en el proyecto de obras para que los trabajos puedan comenzar cuanto antes.
Modificaciones sustanciales
Tras casi nueve meses de negociaciones entre ambas partes se fueron sucediendo y enumerando “modificaciones sustanciales” en el proyecto original. En el actual se van a acometer varias excavaciones entre las que se incluyen un gran corredor arqueológico en forma de letra L de cerca de 1.400 metros de longitud y de cinco o seis de profundidad en torno al cuerpo amurallado al que se podrá descender para poder observar la barbacana o antemuro almohade de 1121 y la muralla almorávide del siglo XI, además de excavar en las naves seis y siete.
Además, Cultura accedió a mantener los cuerpos altos de las naves dos y cuatro para albergar dos salones de actos y una sala de exposiciones, y la de desmontar e inutilizar los cuerpos altos de las naves seis y el que está sobre la muralla. “Una solución intermedia, dos de las naves superiores permanecerán y las otras dos serán sustituídas por una cubierta ligera (no serán transitables) y se llevará a cabo una modificación de los pesos para aligerar a la estructura del edificio”, explicaron fuentes de la Consejería.
Además de las cuestiones con las naves de la planta superior y de las dos grandes excavaciones añadidas al proyecto original de Atarazanas que la Junta ha concedido a Adepa, previamente, Cultura ya había accedido a realizar una serie de “modificaciones sustanciales”, tales como cambiar el sistema de cimentación a través de micropilotes para evitar perforaciones, a eliminar la cafetería de la planta superior y a cambiar la entrada del monumento a su acceso histórico por la calle Temprado en vez de por Dos de Mayo.
Además, los conservacionistas habían logrado arrancar a Cultura la posibilidad de conservar la techumbre de la antigua fundición de los astilleros, que ya fue rehabilitada por la Junta en el 2004 con un coste de 490.000 euros.
Entre los últimos puntos del acuerdo estarían la eliminación de las escaleras mecánicas que en el proyecto original iban a estar ubicadas en la nave central para poder subir a la planta superior. Además, la Junta se comprometió a recuperar las cerámicas del siglo XVIII que había en la entrada del monumento y a mantener el juego de luces y de sombras característico de las Atarazanas.