La Guardia Civil investiga a un hombre identificado como M.P.L. como presunto autor de un delito relativo a la protección de la flora y fauna y animales domésticos que habría cometido por maltrato hacia dos galgos, uno de los cuales, tras ser localizado por la Benemérita y tratado por un veterinario, falleció.
Según ha informado este sábado la Guardia Civil en un comunicado, la patrulla del Seprona de Écija (Sevilla) se encontraba realizando una inspección por la zona de un polígono industrial del término municipal y observó una perrera con nueve perros de diferentes razas y sexos rodeados de basura como cristales, plásticos, restos orgánicos, entre otros, así como agujeros creados por ratas.
Por todo esto se decidió investigar para localizar al dueño o responsable. Una vez que los agentes localizaron al dueño, M.P.L., regresaron al lugar y comprobaron que en la perrera solo quedaban dos animales.
Al entrevistarse con el dueño, éste argumentó "que algunos de los perros que faltaban habrían muerto y otros supone que se los ha llevado alguien, que no lo sabe con seguridad porque ha estado enfermo".
Al inspeccionar la perrera, la Guardia Civil certifica que existen dos galgos --un macho y una hembra de entre tres y cuatro meses-- "en pésimas condiciones higiénico sanitarias". El macho carecía del microchip preceptivo, cartilla sanitaria entre otros, mientras que el otro, una galga de cuatro meses, sí tenía microchip, si bien ambos tenían sus cuerpos "invadidos por parásitos, garrapatas y pulgas".
El estado en que se encontraban era tal que los guardias civiles, al suponer que podía peligrar la vida de los cachorros, rápidamente avisaron a un facultativo veterinario. Así, los animales fueron tratados por el veterinario, quien les administró protectores gástricos, antibióticos, antiinflamatorios, analgésicos e incluso hubo que realizarles transfusiones sanguíneas por la anemia que presentaban.
Se le practicaron diversos test por si las garrapatas hubiesen transmitido alguna enfermedad por 'Leishmania', 'Ehrlichia' y 'Borrelia' --microbios transmitidos por picaduras de garrapatas--, dando como resultado positivo en 'Ehrichia' y 'Borrelia'. Uno de los perros falleció a las 36 horas del ingreso en la clínica veterinaria.