Fnac ha despedido a ocho trabajadores de su tienda en Sevilla, ubicada en la céntrica Avenida de la Constitución, como parte de un plan de ahorro de costes que implicará, además, abandonar dicha sede y ubicar su nuevo punto de venta fuera del centro de la capital hispalense.
Según ha podido saber
Viva Sevilla, los ocho empleados supieron el pasado Viernes de Dolores que la empresa había decidido prescindir de ellos. Ese mismo día se les comunicó que sería su última jornada de trabajo, así como que se les abonarían las indemnizaciones que a cada uno le correspondiesen.
No se trataba de ocho trabajadores cualquiera. Todos ellos ocupaban cargos de responsabilidad en la tienda sevillana, supervisando cada uno de ellos distintas áreas de la misma, caso de electrónica o los videojuegos. Se trataba, de hecho, de la parte de la plantilla con sueldos más elevados y que más experiencia acumulaba. En alguno de los casos, por encima de los diez años de servicio en Fnac.
El pasado martes todos ellos acudieron al Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación, donde la empresa reconoció la improcedencia de sus despidos y accedió a abonarles la mayor indemnización posible: 33 días por año trabajado.
Más formación
La decisión, adoptada por la empresa sin previo aviso, cogió por sorpresa a los afectados. Varios de ellos, incluso, llevaban meses rotando por varias secciones del negocio debido a que Fnac les había trasladado su intención de modificar “su concepto de tienda”, y por ello quería potenciar sus conocimientos y aptitudes para mejorar el rendimiento de su plantilla.
Las ocho bajas fulminantes han sido cubiertas en las últimas semanas por la cadena aumentando el número de horas a distintos empleados de los que siguen, y contratando a nuevos empleados en régimen de becarios. La repentina reestructuración de la plantilla obedece, según fuentes de los trabajadores consultadas por
Viva Sevilla, a la hoja de ruta diseñada por Fnac para ahorrar los costes con los que carga la tienda hispalense, muy lastrada por el alquiler que está obligada a pagar (casi millón y medio anual) por el enorme edificio de cuatro plantas que ocupa en la Avenida de la Constitución, una de las zonas más caras de la ciudad.
Una mensualidad que afea los balances de la tienda, deficitaria por culpa del enorme alquiler, y que Fnac viene tratando en los últimos meses, sin éxito, de renegociar a la baja con los propietarios del inmueble, la familia García Baquero.
Debido a ello, la cadena tiene decidido abandonar el edificio y trasladarse a otra zona de la ciudad donde no tenga que pagar una renta tan alta. De hecho, la intención de la cadena es aprovechar ese cambio obligado para redefinir el actual concepto de negocio que ofrece en Sevilla y asemejarlo más al de puntos de venta más pequeños, al estilo de los que Fnac tiene en Málaga o Granada, y donde gane peso la recogida de pedidos online, un servicio muy al alza debido al empuje de competidores como Amazon.
Nuevo concepto
De esta forma, y entre las nuevas ubicaciones que Fnac maneja para instalarse, está la opción del nuevo centro comercial junto a la Torre Pelli, que es la que más convence a la cadena. La intención de ésta es cambiar la tienda de la Avenida por otra más pequeña y, en función del nivel de aceptación que tenga el nuevo concepto de tienda más reducida, se contemplará la opción de abrir un segundo punto de venta.
La zona de Nervión, en ese caso, sería la elegida. Mientras la empresa decide qué pasos dar, entre la actual plantilla de empleados de Sevilla se sospecha que toda esa revisión de la presencia de la cadena en Sevilla será la antesala de nuevos despidos, ya que la actual nómina de trabajadores sería más gruesa de lo necesario para atender las nuevas tiendas.