“Aquella, la que fuera mi casa” es la exposición que tiene activa la artista conceptual Teresa Lafita en el Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla.
La muestra fue inaugurada el pasado día 22 de enero y estará a la disposición de todos aquellos que quieran disfrutarla hasta el próximo 8 de febrero.
La expo contiene una serie de collages realizados sobre papel. Comenzada años antes, fue a partir de mayo del 2014 cuando Lafita se dedicó a su producción de manera continuada.
En ella se plantea todo eso que puede considerarse hasta cierto punto como una autobiografía, teniendo en cuenta que se basa en los recuerdos vividos e imaginados por la artista durante los años que vivió en el Patio de Banderas Nº 1, en “aquella”, la que fuera la casa de sus ancestros paternos.
La exposición está dedicada de una manera muy especial a sus tías Isabel y Salud Lafita Seva y, por supuesto, a su padre José Jacinto.
Es por eso que la selección de obras que se muestran supone, en primer lugar, un homenaje a ellos, y a la vez, un regreso a esos mundos nunca perdidos de la infancia, la adolescencia y la primera juventud.
Lafita, al ser cuestionada por lo qué significa el arte, responde: “para mí supone la capacidad de desdoblarnos, de tener otra vida paralela a la real que, por supuesto, deben estar obviamente separadas, aunque soy plenamente consciente de que toda realidad es siempre interpretada según nuestra cultura y experiencias”.
“Por otra parte, considero al arte también dentro de las categorías científicas en cuanto exige método, investigación, disciplina, experimentación,... En cualquier caso, supone también un ejercicio de introspección, ya sea en la música, la poesía, la literatura, el cine, teatro... y todas las artes. Sin distinguir las artesanías, siempre y cuando se hagan con la intención de que expresen precisamente ese algo más allá de lo que se ve, oye o se siente”.
“Aquella, la que fuera mi casa” es una obra personal, cargada de simbolismos y que pretende compartir en el pensamiento la estética, los significados de las formas y elementos arquitectónicos que introduce, los cuadros, las lámparas, las cortinas,... una especie de narración literaria, escenográfica o fílmica que introduzcan al espectador en la imaginación de cada uno. Tampoco está exenta de humor negro, alude explícitamente a los lienzos, las esculturas, las colecciones y los talleres de arte que durante siglos se reunieron allí, y que hoy inevitablemente se dispersan. La casa y la familia como un barco, que es sinónimo de alegrías y tristezas, de nacimientos, de muertes y de vida, de todo lo que vea cada uno, porque esta casa que no existe más, sólo pertenece a la ficción.
