Lo ha confirmado en un escrito dirigido a la emisora pública estadounidense NPR
La Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del festival de Eurovisión, ha confirmado que, como "evento cultural de naturaleza no política", Rusia sí participará en la edición de 2022 a pesar de la invasión de Ucrania.
Lo ha confirmado en un escrito dirigido a la emisora pública estadounidense NPR a raíz de la petición de la cadena ucraniana UA:PBC, que solicitaba su expulsión del concurso por ser "un portavoz del Kremlin y una herramienta clave de propaganda política financiada con el presupuesto estatal ruso".
"El Festival de la Canción de Eurovisión es un evento cultural apolítico. Sin embargo, la UER está preocupada por los acontecimientos actuales en Ucrania y continuará vigilando de cerca la situación", señala este breve escrito.
El conflicto entre ambos países ha alcanzado a menudo a este concurso musical.
Este mismo año, la ucraniana Alina Pash se alzó con la victoria en la preselección de su país, pero tras su victoria fue acusada de haber viajado a Crimea después de la anexión rusa de 2014 sin el permiso correspondiente. Aunque ella lo negó, la presión hizo que terminara cediendo y finalmente no viajará a Turín (Italia) para participar en la gran final el mes de mayo.
No era la primera vez que algo similar sucedía. En 2019 la televisión pública ucraniana declinó participar en el festival después de que la ganadora de la preselección de ese año y una de las favoritas de los "eurofans" para la victoria en Eurovisión, Maruv, se negara a cancelar sus conciertos en suelo ruso.
Ucrania había conocido la victoria en el concurso poco antes, en 2016. Aunque están prohibidas las canciones con mensaje político, se permitió que Jamala compitiera con su tema "1944" por narrar un hecho histórico, la deportación de miles de tártaros de Crimea, algo que violentó a Rusia, más aún tras su victoria.
Precisamente la edición del año siguiente tuvo lugar en un punto neurálgico de este conflicto, el puerto de Odesa. Ucrania, como país anfitrión, bloqueó la participación de la representante rusa, Yulia Samoylova, al prohibirle la entrada en su territorio por haber viajado a Crimea dos años antes "de manera ilegal" para participar en un concierto.
Eso solo en los últimos años, porque los mensajes dirigidos contra Rusia ya asomaron en la sonada participación de Ucrania en 2007, cuando Verka Serdyuchka acabó en segundo lugar con una disparata actuación y canción, "Dancing lasha tumbai", título que hacía un juego de palabras que, al ser pronunciado, parecía decir "Russia goodbye".