El primer debate televisado entre los aspirantes republicanos a la Casa Blanca fue puro espectáculo, carente de propuestas concretas pero sí con muchas referencias a la rival demócrata favorita en los sondeos, Hillary Clinton, y monopolizado por la atención puesta de antemano en Donald Trump.
Los 10 precandidatos mejor situados en las encuestas se midieron en el debate en horario estelar en el pabellón Quicken Loans Arena de Cleveland (Ohio), televisado por la cadena conservadora Fox, que organizó otro debate cuatro horas antes para los otros 7 aspirantes que se quedaron fuera.
Fenómeno mediático desde hace semanas por su personalidad, comentarios y popularidad en los sondeos, Trump estaba llamado a ser el centro de atención y lo fue, gracias en parte a que los propios moderadores del debate fomentaron que se convirtiera en el protagonista, atacando directamente al magnate.
Trump fue fiel a sí mismo e incluso al inicio del debate no descartó presentarse como candidato independiente a las elecciones de 2016 si no gana la nominación republicana.
Fue también Trump quien habló en total más tiempo (10.33 minutos, dos más que Jeb Bush) y el más buscado por los internautas durante el debate en plataformas como Google o Facebook.
Politólogos, analistas y medios destacaban, poco después de concluir el debate, el desempeño del senador Marco Rubio o del gobernador de Ohio, John Kasich, uno de los más aplaudidos porque jugaba en casa.
Mientras, a uno de los mejor valorados en las encuestas, el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, se le notó ausente en algunos momentos y el combativo senador Rand Paul (Kentucky) fue quien menos tiempo intervino, con menos de cinco minutos.
El elevado número de participantes y el formato, que limitaba a un minuto la duración de las intervenciones, hizo que apenas hubiera interacción entre los aspirantes.
Tampoco hubo sorpresas en las posturas de los candidatos sobre asuntos como la inmigración, la política exterior o el aborto.
Rubio y Trump insistieron en la necesidad de construir un muro en la frontera de EEUU con México, mientras que el exgobernador de Florida Jeb Bush abogó por eliminar las "ciudades santuario", en las que las autoridades locales protegen de la deportación a inmigrantes indocumentados.
"Yo también creo que necesitamos un muro. El problema es si (el narcotraficante mexicano Joaquín) El Chapo (Guzmán) construye un túnel bajo ese muro, tenemos que ser capaces de lidiar con eso", dijo Rubio en alusión a la reciente fuga del jefe del cartel de Sinaloa.
Los candidatos rivalizaron a la hora de prometer mano dura contra el Estado Islámico (EI), aunque coincidieron en sus críticas a la campaña militar contra los yihadistas iniciada por el Gobierno de Obama.
"Necesitamos un comandante en jefe que deje claro que quien se una al EI está firmando su sentencia de muerte", afirmó el senador Ted Cruz (Texas), de padre cubano.
Cuando se tocó el tema del aborto, los aspirantes se mostraron duros contra esa práctica, pero bajaron el tono con respecto al matrimonio homosexual, legalizado recientemente en todo el país por el Tribunal Supremo.
También se opusieron en bloque los aspirantes al acuerdo nuclear alcanzado en julio en Viena entre Irán y las potencias del Grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia más Alemania).
En general, aunque no se mencionó el acercamiento a Cuba, todos los precandidatos cargaron contra la política exterior de Obama, a quien varios de ellos culparon de haber debilitado al país y a las Fuerzas Armadas, y alertaron de las amenazas que plantean China y Rusia, países inmersos en una "ciberguerra" contra Washington, como señaló Cruz.
"Los gobiernos ruso y chino saben más del servidor de correo electrónico de Hillary Clinton que el Congreso de Estados Unidos", ironizó el gobernador Walker.
Walker aludió así a la polémica en torno a Clinton por haber usado un correo electrónico personal para asuntos oficiales cuando era secretaria de Estado.
La exjefa de la diplomacia fue mencionada por casi todos y, como no, por Trump: "A Hillary Clinton le dije 'Ven a mi boda' y vino a mi boda. No tenía elección. Yo había donado a su fundación", explicó para probar que "el sistema está roto".
"Tenemos un presidente que no tiene ni idea de lo que hace", subrayó también Trump en referencia a Obama.
Hubo otras frases memorables, como una del exgobernador de Arkansas Mike Huckabee: "Las Fuerzas Armadas no son un experimento social, se trata de matar gente y romper cosas", comentó al ser preguntado sobre los militares transexuales.