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Lunes 18/11/2024
 
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sociedad

El cantante Julio Iglesias es el padre de Javier Sánchez Santos

Según la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 13 de Valencia hecha pública este miércoles, que no es firme y que puede ser recurrida

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  • Julio Iglesias -

 El cantante Julio Iglesias es el padre de Javier Sánchez Santos, de 43 años, según la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 13 de Valencia hecha pública este miércoles, que no es firme y que puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial.

Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, el juez considera que los indicios que concurren en este caso "son suficientes" para apreciar esa paternidad y entre ellos cita la negativa del demandado "a posibilitar la práctica de la prueba biológica", pese a "haber constancia en las actuaciones de que, en la época aproximada de la concepción del demandante, existieron ciertos contactos y trato entre la madre de este y el demandado".

Esos contactos se produjeron en julio de 1975, en una sala de fiestas ubicada en la localidad de San Feliu de Guixols (Girona), "y hacen que no sea inverosímil ni descabellada la posibilidad de haber existido relaciones sexuales entre ellos", argumenta el magistrado.

Además, otros indicios son el propio testimonio de la madre del demandante, quien aportó durante el juicio "datos muy concretos sobre la pertenencia, ubicación y distribución interior del chalet" donde Julio Iglesias se alojaba esos días, y el "evidentísimo parecido físico" entre el cantante y el propio demandante.

Sobre este último aspecto, la sentencia precisa que, "si bien pudiera ser fruto del azar, sin embargo sería una excesiva e improbabilísima casualidad que, teniendo el actor ese gran parecido y habiendo sido concebido precisamente en los días aproximados" en que su madre y Julio Iglesias coincidieron en la misma sala de fiestas "su padre fuera un tercero" .

El juicio por la supuesta paternidad de Julio Iglesias quedó visto para sentencia el pasado 4 de julio tras la celebración de una vista en la que únicamente declaró como testigo la madre de Sánchez Santos, la exbailarina María Edite.

El abogado de Javier Sánchez, Fernando Osuna, insistió la semana pasada en que existían indicios evidentes en la causa ya que a los nueve meses de la relación entre María Edite y Julio Iglesias nació Javier, que tiene un parecido físico "enorme", y existía una "negativa injustificada por tres o cuatro veces a hacerse la prueba de ADN". 

La madre del demandante pidió a Julio Iglesias que terminara "de una vez" este proceso, que se hiciera las pruebas de ADN y reconociera "a un hijo maravilloso" del que está "muy orgullosa".

El abogado defensor de Julio Iglesias, el castellonense Fernando Falomir, sostuvo que el asunto era "cosa juzgada" ya que hubo otras reclamaciones anteriores efectuadas por la madre que no fructificaron, y sobre cuándo consideraría el cantante someterse a la prueba de ADN, señaló que en cuanto se pronunciara la Audiencia Provincial. 

28 AÑOS DESPUÉS

Veintiocho años y varios procesos judiciales han transcurrido desde que la bailarina portuguesa María Edite Santos Raposo presentara una demanda contra el cantante Julio Iglesias para que se reconociera que es el padre de su hijo, Javier Sánchez Santos, de 43 años, como así ha sentenciado ahora un juzgado valenciano.

Fue en 1991 cuando María Edite Santos presentó una primera demanda contra Julio Iglesias, al que conoció, según aseguraba, en 1975, cuando actuaba en una sala de fiestas de San Feliu de Guixols (Girona) y con el que mantuvo relaciones íntimas, fruto de las cuales habría nacido en 1976 su hijo Javier.

En 1992, el titular del juzgado número 13 de Valencia declaró la paternidad de Julio Iglesias basándose en las pruebas testificales presentadas por María Edite, al interpretar como una "actitud de rechazo injustificada que obedece a móviles obstruccionistas" la negativa del cantante a practicarse la prueba biológica de paternidad.

No obstante, en 1994, la Audiencia de Valencia revocó en su totalidad la sentencia y María Edite Santos recurrió al Tribunal Supremo, que hace justo veinte años, en julio 1999, confirmó que Julio Iglesias no era el padre del valenciano Javier Sánchez Santos, en contra de lo sostenido por su madre.

Cinco años después fue el hijo de María Edite Santos, Javier Sánchez Santos, quien por entonces ya era mayor de edad, el que intentó que se retomara la causa con la presentación de una segunda demanda en un juzgado de Marbella, que no prosperó.

Pese a todo, en septiembre de 2017 Javier Sánchez Santos interpuso una tercera demanda de paternidad contra el cantante, esta vez ante el Juzgado de Primera Instancia número 13 de Valencia, después de que el despacho de abogados sevillano Bufete Osuna, que asistió en una demanda similar al torero Manuel Díaz, consiguiera una prueba de ADN.

Dicha prueba, recabada en Miami (Estados Unidos) por un detective privado, arrojaba según Javier Sánchez Santos un resultado del 99,99 %, el máximo posible, sobre la paternidad de Julio Iglesias, y fue la que llevó al supuesto hijo del cantante a intentar iniciar un nuevo proceso judicial.

La nueva demanda fue admitida en diciembre de 2017 por el juzgado valenciano, aunque finalmente el juicio, después de un aplazamiento y de una suspensión para estudiar las cuestiones previas, no se celebró hasta el 4 de julio de 2019.

Finalmente, el titular del Juzgado de Primera Instancia número 13 de Valencia ha sentenciado este miércoles, veinte años después de que el Tribunal Supremo dictaminara lo contrario, que el artista es el padre de Javier Sánchez Santos.

Pese a las casi tres décadas transcurridas desde el inicio de las acciones judiciales, la sentencia conocida ahora no pone fin al proceso judicial, pues no es firme y puede ser recurrida, como de hecho ya han anunciado que harán tanto el abogado del cantante como la Fiscalía.

Los recursos que previsiblemente se presentarán ante la Audiencia de Valencia podría alargar, tras pasar por el Tribunal Supremo, el Constitucional y el Europeo de Derechos Humanos, tres o cuatro años más el final a unos procesos judiciales que dieron sus primeros pasos en 1991.

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