Qué son esos cajones blancos que distorsionan la visión de la rubia arena y el verde pinar, como si fueran molinos sin brazos, cuerpo ni cabeza? – Te estás superado ‘Congui’; y eso que no has leído el Caballero de la triste figura. –No es por nada, pero cosas como estas hacen hablar hasta a los perros. ¡Ay! si yo te contara las cosas que he visto durante mis tres cuartos de siglos, cuando las playas se utilizaban para mariscar, pescar la ‘jabega’ o jugar a la pelota. –¡No me digas!, ¿y de baño qué? Por entones solo se bañaban los niños más traviesos, que iban nadado a la rabera; algunos veraneantes que por aquí recalaban, y el ‘Padre Vicente’ con su Meyba blanco. –Ahora el que habla como el de la triste figura eres tú, ‘Tambucho’. Deja que te explique: los meybas eran bañadores que estaban de moda por los sesenta y los utilizaban los más adelantados. –¿Y quién era ese tal Vicente? Uno de los encargados de bautizar, dar la comunión, consagrar el matrimonio, dar la extremaunción y censurar desde el púlpito las promiscuidades de guateques y discotecas. –¡Ja, ja, ja! ¿Qué diría si viera como hoy se bañan en las playas? Igual ni se inmutaba, porque le llamaban el “padre machote”. –¡Vaya!, tenía el tío dos cordones; ¿y el otro? El Padre López, era más de misa y sacristía, y diferente en gustos y aficiones, aunque ambos eran curas de sotanas y coronillas. –Pues muchas gracias por su didáctica información querido ‘Tambucho’, pero estábamos hablando de las casetas en medio de la Yerbabuena.
Para que lo sepas ‘Congui’, son chiringuitos que tienen licencia de costa, lo mismo que el del ‘Botero’, pero no creas que esto de los chiringuitos es nuevo en Barbate. –¡No me digas! Precisamente uno de los primeros chiringuitos estaba cerca de las ‘pieras del castillo’, era del ‘Chabolo’, abuelo de mi jefa de redacción, y justamente en la parte de arriba; donde según algunos historiadores y recientes excavaciones era la antigua entrada del río Barbate, había una garita de la Guardia Civil. –Interesante e instructiva información.
También en la ‘playa chica’, montaron casetas Mariano Cardoso y Pedro ‘Rajamanta’, donde se comía la mejor morena frita, y Juan Alvarado abrió un bar-discoteca. En la ‘Playa grande’ instalaron el bar discoteca El Patio, y con tablones y eneas montaron dos chiringuitos Presentación Gadiaga y Diego Ritico. Antes de la barra estaba el bar ‘Abanico’ y Pepe Morillo, montó un chiringuito en la playa del Botero. También montaron chiringuitos la ‘Niña Chica’, con parte de la tómbola de la Virgen del Carmen que le dejara Juan Picazo, y el hijo del Bar Paquirri. Frente al puerto, cuando aún no había verja, montaron bares: Benjerano, ‘Joseleque’, el Velez, el ‘Choti’, y bar ‘Paquete’ aún en activo; y todos los de mi edad, guardamos viejos recuerdos del ‘Calanoche’, discoteca-chiringuito que montaran al principio de la Yerbabuena, donde Juan Rossi hacía sus pinitos de Disc-jockey conjuntamente con la radio. Más tarde Diego Ritico, monto una hamburguesería junto a la ‘fábrica de guano’, y ‘Papaíco’, en el ‘nío’de la Yerbabuena el chiringuito la ‘Gaviota Loca’. –¡Vaya memorión!, me has dejado “emperrao perdío”.
Así que esto de los chiringuitos no es nada nuevo en nuestras playas; lo que no se entiende que hayan derribado la antigua fábrica de hielo dejando el ‘Bay Bay’ y el esqueleto de una discoteca como eco de trasnochadas diversiones, con explanadas preñadas de basura, plástico y cristales. –Así sois los que os consideráis humanos, querido amigo Tambucho.
