A finales del pasado año, un periódico local publicó una información que se hacía eco de varios testimonios de profesionales sanitarios y usuarios del Hospital Puerta del Mar que relataban, desconcertados y aterrados, experiencias paranormales en centro. Íker, ahí lo llevas. Porque Cádiz, querido compañero, no solo ofrece una buena historia de espíritus que vagan por los pasillos, sino, además, la posibilidad de estudiar un fenómeno verdaderamente asombroso: ha registrado un fantasma en otro hospital, el nuevo, reclamado desde hace más de una década, antes de su construcción.
Lo llaman Plan Funcional. La Junta de Andalucía asegura que existe. Hasta mostró fotografías hace un año y detalló su fisionomía. Pero los escépticos, que han reclamado el expediente que prueba que sí, que es de verdad, no han podido acceder a ellas porque “está en elaboración”.
El Gobierno de Juanma Moreno ha rectificado la respuesta y ha invitado al PSOE, que quiere descubrir toda la verdad, a concertar una cita para acceder a la documentación por medio de un número de teléfono. Yo mismo lo he marcado sin obtener éxito alguno: o no hay nadie al otro lado del teléfono o salió a desayunar. Temí, no obstante y pese a todo, que descolgaran y me respondiera una voz cavernosa, de ultratumba, que no atendiera mi consulta, sino que me respondiera únicamente con la fecha de mi muerte.
Historias para no dormir.
Pero, si resulta inquietante que un documento del calado del Plan Funcional del nuevo Hospital de Cádiz no sea de acceso público por una mera cuestión de transparencia institucional, trece meses después de su presentación... pública, no menos extraordinario resulta la negociación estancada por la cesión del suelo que va a ocupar. Propiedad de Zona Franca, queda pendiente una permuta con la Junta de Andalucía que, igualmente, lleva atascada años. Se dice que es una cuestión económica, porque al Consorcio la tasación le sale un millón de euros más que lo que la Administración autonómica calcula. En cualquier caso, Zona Franca y Junta de Andalucía deben operar en planos dimensionales distintos porque no, no solo no son capaces de alcanzar un acuerdo, sino que además no logran comunicarse.
En estas, irrumpió el Ayuntamiento de Cádiz, con un papel mediador, a modo de médium, que el alcalde, Bruno García, se resiste a explicar cuando se le pregunta, como si se reservara el tercer secreto de Fátima.
Todo mal. Los gaditanos, que en una encuesta electoral publicada por VIVA CÁDIZ con motivo de los comicios municipales de 2023, apuntaron que el nuevo hospital era la infraestructura prioritaria entre el buen montón de infraestructuras pendientes, asisten a este espectáculo divididos entre el espanto y la resignación.
Ante la falta de información, la confusión y estos episodios alucinantes, lo único que nos queda por conocer, oh, cielos, es que el nuevo hospital acabará construyéndose sobre un viejo cementerio indio. Como en Poltergeist.
