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Sábado 16/11/2024
 
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Torremolinos

Los molinos, padres de Torremolinos (II)

Torremolinos no es sólo turismo, fiesta, deportes, playa y sol. Es también arte, cultura, crisol de civilizaciones. En estas crónicas, Jesús Antonio San Martín, desarrolla lo más representativo del ayer y el hoy de Torremolinos.

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Es creencia común que los primeros datos nominales sobre los molinos de Torremolinos son los que figuran en el testamento del presbítero Don Francisco de Zea, dueño de varias haciendas junto a los manantiales. El documento en cuestión, que se conserva en el Archivo Municipal de Málaga, está fechado en 1760. En él se mencionan por nombre molinos como los de Inca, Batán y Alto, entre otros. Se cita igualmente el año 1755, en que el señor Zea compró unas posesiones a Don Isidro Inca, anterior propietario del molino de Inca, molino hoy día restaurado. No obstante, en el Archivo de Simancas existe documentación del año 1739 sobre los molinos de Torremolinos. Y aún podemos remitirnos a documentos anteriores: sobre el Molino de Inca, en 1700 y sobre el de La Plana (el primero que consta documentalmente) en 1699 y 1600, respectivamente.
Es interesante la lectura del testamento de Don Francisco Zea, que da cuenta de la magnitud de su patrimonio torremolinense. Del documento, fechado el 26 de abril de 1760, cabe destacar lo siguiente:
"Declaro que soy dueño y poseedor de distintas propiedades, las cuales son una hacienda de olivar plantada de nuevo en el Partido de Torre Molinos que se compone de tres predas, la una de Batán y Molino de papel de estrasa… Y de otra del cortijo de las Animas, en cuyas posesiones puse seis mil pies de olivos, labré un molino de aceite con dos vigas y piedra que muele con agua y otro molino de pan moler de dos paradas: reedifiqué el dicho Batán… y asimismo descubrí un nacimiento de agua inmediato a los nacimientos altos, que todo se halla incorporado en dicha hacienda para cuyos avíos existen en ellas todas las herramientas y pertrechos que son precisos para el cultivo de ellas con dos yuntas de bueyes con su carreta; y asimismo una huerta con sus aguas y tierras, en el mismo ámbito y situación de Torremolinos con diferentes muebles para adorno y uso de las salas de mi habitación, como también un oratorio para decir misa y para defensa de dicha casa por lo inmediato que está al mar distintos refuerzos y armas defensivas, para impedir o guarecerse de cualquier invasión enemiga…
…Declaro asimismo que soy dueño y poseedor de otro molino de dos paradas que llaman El Alto, una molineta de una piedra, ambos para moler trigo, y un molino para papel de estrasa de cuatro pilas; que todas tres posesiones con sus aguas, árboles y tierras, que fueron consideradas cuatro fanegas, por la parte de arriba mirando a esta ciudad, he comprado nuevamente a Don Isidro Inca, su madre y su hermana, por escritura otorgada el día quince de julio del año pasado de 755 ante dicho presente escribano y así lo declaro para que conste"…
En lo que respecta al documento conservado en el Archivo de Simancas y que menciona, entre otras edificaciones, las de los molinos de Torremolinos, el mismo lleva fecha del 22 de septiembre de 1739 y se refiere a las haciendas y regadíos que protege la batería de seis cañones construída al pie de la Torre de Pimentel. La leyenda del documento, un plano, dice escuetamente:
"Mapa que comprende las haciendas que cubre la Batería que se ha construído delante de Torremolinos, que dista dos leguas de la ciudad de Málaga por la parte de poniente, con expresión de las acequias que sirven a hacer moler los molinos y regar las tierras de labor, en las cuales se deberá en caso necesario entretener el agua de ellas a fin de evitar viertan al mar y que los enemigos puedan aprovecharse de ella, como lo han hecho en diferentes ocasiones las armadas británicas".
Señala el plano, entre otros, los emplazamientos de la Batería de cañones, la Torre, los nacimientos de las aguas, las acequias, la ermita de San Miguel, los cortijos y los molinos, estos últimos denominados así: El Molino de Zambranas; el de la Bóveda; el de Lima; el de la Provisión; el del Castillo; el de la Torre; el de las Animas; el de Malleo; el de Valdecañas, los de aceite, harina y papel de estraza de Ceda (o Zea), y los de papel de estraza y pan de Don Lorenzo Ynca.
El nombre del hoy restaurado Molino de Inca proviene de su constructor, Don Joseph de Inca Méndez de Sotomayor, a quien el Cabildo de Málaga concedió, el 8 de agosto de 1700, licencia para erigir dos molinos harineros y un martinete de los de batir cobre, "por debajo del molino de papel de La Plana, inmediato al nacimiento de aguas que llaman Torre Molinos".
En lo que respecta al Molino de La Plana, junto al nacimiento de las aguas, un contrato de arrendamiento del 1 de enero de 1699 atestigua que Don Isidro de la Plana, abogado, arrienda durante nueve años el molino de papel de La Plana, con su casa y huerta, a Don Matías de Cobos, vecino de Torremolinos. Este molino figuraba en el año 1600 como propiedad de la familia de la Plana Collado, de Granada.

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