Ocho víctimas mortales. Ese es el triste balance que están dejando los festejos de los bous al carrer en la Comunidad Valenciana.
Con el fallecimiento del anciano de 80 años en las fiestas de Canet d’en Berenguer se superó la cifra de siete fallecidos en este tipo de fiestas que databa del 2015.
Los datos han avivado el debate sobre este tipo de festejos. Algunas localidades como Sueca ya hace años que no cuenta con ellas después de la celebración de un referéndum. Otras, como Tavernes de la Valldigna, cancelaron la edición de este año "por principios" después de que tres personas perdieran la vida en apenas una semana.
La preocupación es tal que desde el Consell se abrió públicamente la posibilidad de debatir sobre la prohibición de estas fiestas. Fue la vicepresidenta Aitana Mas quien así lo dejó caer, aunque rápidamente salieron voces contrarias en el propio gobierno valenciano.
Tanto el PSPV como los grupos de la oposición no se plantean prohibir estos festejos. Sí abogan por revisar si se cumplen o no los protocolos de seguridad, que describen como muy efectivos y restrictivos.
Además, la federación de peñas de bous al carrer ya lanzó un comunicado avisando que se adoptarían "las acciones judiciales correspondientes contra quienes vulneren los derechos de los aficionados valencianos" y que "hay que respetar el derecho al acceso a la cultura y que la tauromaquia lo es indudablemente".
Ahora, el objetivo no es otro que revisar los puntos en los que ha fallado la seguridad y que las fiestas vuelvan a ser festejos seguros para todos los aficionados.