El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a 14 años de prisión a un hombre por matar de una paliza a su pareja sentimental, ambos de nacionalidad húngara
El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a 14 años de prisión a un hombre por matar de una paliza a su pareja sentimental, ambos de nacionalidad húngara, en su domicilio del municipio de Rojales (Alicante).
La Sala de lo Penal ha dictado una sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, que desestima el recurso del condenado contra la resolución de Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, que ratificó otra de la Audiencia de Alicante por un delito de homicidio con la agravante de parentesco.
Además de la pena de prisión, el Supremo ratifica el pago de una indemnización a la abuela de la fallecida de 31.000 euros.
Los hechos ocurrieron entre las 18 y las 21 horas del 1 de abril de 2019 en la vivienda ambos compartían desde hacía solo unos meses, después de que se hubiesen trasladado desde Hungría.
En ese margen de tres horas, el condenado le propinó una paliza con múltiples golpes por todo el cuerpo que acabaron causando el fallecimiento, sin que pudiese oponer resistencia ni lograse huir.
La mujer presentaba hasta 24 heridas con contusiones y hematomas en los brazos, en las muñecas, en los muslos, en la región lumbar, en el pecho, en el rostro y en la cabeza.
En su recurso, el condenado defiende que la muerte de la mujer se produjo de forma accidental debido a una caída, sin embargo la Sala destaca que la pericial concluyó que fue una muerte violenta fruto de un agresión con golpes y contusiones por todo el cuerpo.
Asimismo, alega que durante todo el procedimiento el idioma ha sido la mayor barrera con la que se ha encontrado, habiéndole provocado una clara indefensión, porque la traducción se ha realizado de forma incorrecta.
Pero el Supremo recuerda que nunca ha solicitado la nulidad de la instrucción por una vulneración de su derecho a intérprete y que durante el juicio estuvo asistido por la intérprete, sin que su declaración se desarrollara en términos de incomprensión, además de que su abogada no se quejó nunca sobre este aspecto.