Once salidas y cinco fichajes reducen y abaratan plantilla y queda en manos de la cantera

El Valencia cerró este viernes el mercado estival y lo hizo con un balance de once salidas y cinco incorporaciones que, según admitió el técnico Rubén Baraja, han reducido el número de fichas y el coste de una plantilla en la que los jugadores que han ascendido de la cantera al primer equipo tendrán una mayor responsabilidad en un objetivo que la entidad establecerá públicamente esta semana. 

Salieron del equipo por acabar su contrato el portero Iago Herrerín, que había llegado unos meses antes tras la lesión de Jaume Doménech, y el lateral Toni Lato, un jugador con un peso importante en el vestuario, que se despidió con una sentida carta de la entidad en la que se formó y cuyo entorno afeó al club una propuesta de renovación que consideraba fuera de lugar. 

También se marcharon los cuatro jugadores que estaban cedidos la pasada campaña: Nico González, Samuel Lino, Justin Kluivert e Ilaix Moriba. A Baraja le había gustado contar con los tres primeros pero la situación deportiva y económica del club le relegó en las propuestas que han tenido.

El Valencia traspasó al Milán a Yunus Musah e ingresó unos veinte millones de euros en la que fue la gran venta que desde el principio del mercado perseguía el club para mejorar su situación financiera. Además, llegó a un acuerdo para rescindir el suculento contrato de Edinson Cavani, lo que le ha supuesto también un importante ahorro. 

Baraja asumió desde el principio ambas decisiones y el club le concedió a él dar salida a jugadores con los que no contaba. El central Eray Cömert ha sido cedido al Nantes, el extremo Samu Castillejo al Sassulo y el delantero Marcos André traspasado al Valladolid. El club ingresó unos dos millones de euros por el 40% de los derechos del brasileño (y guarda un 50%) y se ahorrará parte de las fichas de sus compañeros. 

También salieron del club jugadores como Uros Racic, traspasado al Sassuolo italiano por cerca de un millón de euros, o Koba Lëin, cedido al Estoril, aunque ninguno de los dos formó parte de la plantilla la pasada campaña. 

En cuanto a las incorporaciones, el club ejerció la opción de compra de cinco millones de euros para adquirir en propiedad al central turco Cenk Özkacar, que ya estuvo en la plantilla de la pasada campaña como cedido y llegó a un acuerdo con el Levante para el traspaso de Pepelu para pagar a plazos otros cinco millones (que era su cláusula).

Tras varias semanas sin incorporaciones, en los últimos días el club ha sumado al centrocampista Sergi Canós, de Nules y de familia valencianista, por el que pagó unos 250.000 euros al Brentford; a Selim Amallah, cedido por el Valladolid con una opción de compra de unos seis millones y también jugador del centro del campo; y a Roman Yaremchuk, delantero ucraniano cedido por el Brujas sin opción de compra que tras brillar hace tres campañas en el Gante busca ahora revalorizarse. 

Con todos estos movimientos, el Valencia ha cerrado finalmente una plantilla con 22 jugadores que deja tres fichas libres pero lo ha hecho al elevar a su primer equipo a cinco canteranos: el central Cristhian Mosquera, los centrocampistas Javi Guerra y Fran Pérez y los delanteros Diego López y Alberto Marí. Su peso y el de otros jugadores que acababan de subir como Jesús Vázquez, será clave en una plantilla corta y con poca o ninguna experiencia en la élite en muchos de sus miembros. 

Se da por hecho además que otros canteranos no inscritos como jugadores del primer equipo pueden tener hueco, por ejemplo en la delantera, que sólo cuenta con Hugo Duro, Roman Yaremchuk y Marí, que estará varios meses de baja por una lesión muscular. 

El hecho de que la pasada campaña se salvara en la última jornada y el balance de los movimientos apuntan a que el objetivo que, según anunció Baraja, hará público el club esta semana, no irá mucho más allá de mantener la categoría.