Haciendo gala del sentimiento que inspira Nuestra Señora de la Esperanza, la imagen mariana titular de la Hermandad de San Isidro, las esperanzas de sus fieles se vieron cumplidas este Martes Santo. En una jornada de lluvias intermitentes, incluso a media hora de la salida prevista, la tarde aclaró y Algeciras pudo cumplir con una de sus grandes tradiciones: ver desfilar al Medinaceli.
Como el día, el ambiente fue mejorando a medida que se acercaba el momento. San Isidro se abarrotó cuando a las ocho de la tarde se abrían las puertas de la parroquia por la que asomaba el paso de Jesús Cautivo.
Desde la mañana, el trono del Cristo portaba el bastón de mando de la ciudad, entregado en la tradicional ceremonia por el primer edil, José Ignacio Landaluce, para que lo luciese el Alcalde Perpetuo en su reencuentro con sus devotos dos años después.
En esta ocasión, la Hermandad logró reducir el tiempo entre la salida del Medinaceli y la de la Esperanza, una de las vírgenes también con más devotos algecireños, que la arroparon en su salida del templo, un año más.
El ambiente en el centro de la ciudad también fue creciendo una vez confirmado que los pasos estaban en la calle y fueron miles de personas las que se congregaron para verlos procesionar en uno de los cortejos de mayor longitud.
