Obama animará a Karzai a intentar lograr los objetivos que no consiguió durante su primer mandato, y ambos hablarán, entre otros temas, del proceso de reintegración y de reconciliación, dijo el consejero de Seguridad Nacional, general James Jones, en el avión presidencial.
El presidente de EEUU fue recibido en la base aérea de Bagram por el general Stanley McChrystal, jefe de la fuerzas internacionales desplegadas en Afganistán, y por el embajador estadounidense en Kabul, Karl Eikenberry.
Esta es la primera visita de Obama a Afganistán como presidente de Estados Unidos y es el segundo viaje que hace como comandante en jefe a una zona de guerra, después de que el pasado año efectuara otra visita por sorpresa a Irak.
Obama, que sólo estará unas horas en el país asiático, viaja acompañado, además de por el consejero de Seguridad Nacional, por su principal asesor político, David Axelrod.
El general Jones añadió ayer que el objetivo es hacer entender a Karzai “que en su segundo mandato hay ciertas cosas a las que no han prestado atención, casi desde el primer día”.
En concreto hizo referencia a la necesidad de “un sistema basado en los méritos para el nombramiento de los funcionarios clave del gobierno”, así como “la lucha contra la corrupción y contra los narcotraficantes, que son una fuente económica para los insurgentes”.
El viaje, que se mantuvo en secreto por motivos de seguridad, se produce dos días después de que el líder del grupo terrorista Al-Qaeda, Osama bin Laden, que se cree que permanece oculto en algún lugar de la frontera entre Paquistán y Afganistán, enviara un nuevo audio en el que amenazaba con asesinar a rehenes estadounidenses.
Según la Casa Blanca, éste es un viaje que el presidente quería hacer desde hace tiempo pero obstáculos logísticos no lo habían permitido.
Es la segunda vez que Obama visita Afganistán, la primera fue en 2008 cuando acudió como senador y candidato presidencial con una delegación del Congreso estadounidense.
Desde que llegó al Gobierno, Obama ha centrado el foco de su política exterior en Afganistán para acabar con la insurgencia talibán después de ocho años de guerra, y en diciembre pasado ordenó el envío de 30.000 tropas adicionales.
