El Xerez salió bien plantado al terreno de juego, aunque demasiado atrás. Sorprendió que Gorosito sacase a cinco hombres en la retaguardia cuando durante la semana había repetido una y otra vez que no quería ir al Camp Nou a encerrarse. Tal vez era jugar al despiste, pero la acumulación de hombres atrás, ante un equipo que toca y toca hasta la saciedad, es darle una ventaja a un contrario que no la necesita, y más cuando los tres centrales actuaban como libres sin ningún tipo de marcaje especial. Los movimientos debían ser muy coordinados ya que de lo contrario, a la primera de cambio podría quedar toda la historia en cueros. Y así pasó. Tras probar suerte Armenteros en un remate que tuvo que despejar a córner Víctor Valdés, y después de la parada de Renan a un lanzamiento de Henry, que se había colado entre Francis y Gioda, llegó el primer tanto del conjunto azulgrana. Era el minuto 13. Jeffrén recibe del mejor asistente del mundo, de un Xavi Hernández que se la coló de dulce al canterano, que se fue al suelo, pero tuvo tiempo para levantarse, marcharse de Casado y, escorado, doblegar a Renan por el lado más complicado. Parte de las ilusiones se desvanecían demasiado pronto.
Pero el Xerez no feneció. Siguió metido en el partido y Bermejo pudo acariciar el tanto si Aythami no hubiera despejado dentro del área la trayectoria del lanzamiento del cántabra. Después, en un pase atrás de Chygrynskiy, siempre un amigo para la delantera rival, el Xerez estuvo a punto de robar un balón que hubiera sido de lo más peligroso.
Los azulinos le ponían voluntad, pero el Barcelona, a medio gas, controlaba hasta el punto de que en el 23 firmaba el segundo. Un golpe de velocidad, otro pase al interior, la defensa que se desbarajusta, Ibrahimovic recibe, se la deja a Henry y el francés que remata solo ante Renan. Otro golpe duro para un Xerez que al minuto se recuperó con un golazo por el que mereció la pena ir al Camp Nou. Mario Bermejo recibió de Víctor Sánchez y, a pesar de la estirada de Márquez, la enganchó de primera para quitarle el polvo a la escuadra del meta menos goleado de toda la Primera División. Aplausos en el feudo culé para un gol que de haberlo firmado cualquier otro jugador estaría repitiéndose hasta la saciedad en todas las televisiones.
El tanto azulino bloqueó al Barça, que seguía teniendo el esférico, pero sin mucha claridad de tres cuartos de cancha para arriba. Henry caía demasiado a banda, Jeffrén no recibía los balones suficientes e Ibrahimovic estaba bien protegido por el trío de centrales azulinos. Fue el Xerez el que estuvo a punto de igualar la contienda por mediación de Sidi Keita, que no estuvo muy rápido ante Víctor Valdés.
Las dudas aumentaron en el Barça al inicio de la segunda. El Xerez se disfrazó de líder para ofrecer unos minutos prodigiosos en los que tuvo al equipo de Guardiola contra las cuerdas. Jugadas en las que se daban más de diez toques, con cambios de orientación y con un rival no acostumbrado a tener que estar situado detrás del balón. Fueron diez minutos de ensueño en los que únicamente faltó definir. Ahí estuvo la clave del encuentro. Si el Xerez hubiera matado... La tuvo Gioda de cabeza nada más empezar la reanudación, a los dos minutos fue Orellana el que perdonó ante Víctor Valdés. El internacional chileno lanzó tímidamente en lo que debió ser la igualada. Bermejo también la tuvo con la testa, pero no logró cruzar ante el arquero azulgrana. El Barcelona no existía. Guardiola tuvo que tirar de artillería pesada. Metió a Piqué y a un tal Messi. Y a los cuatro minutos, Touré Yaya le metió potencia a una galopada por la banda que concluyó en gol de Ibrahimovic. La acción se inició por una pérdida de balón de Orellana.
A partir del tercer gol se acabó el choque. El Xerez no volvería a tener el balón. El Barça se lo guardó bien y sobraron los últimos minutos, donde Alustiza y Orellana acabaron expulsados, los dos de forma exagerada. El final fue bronco, pero no empañó para nada la actitud que mostró el equipo en Camp Barça.