“Suiza es un país europeo que suscita gran simpatía entre los españoles y con el que me siento ligado desde mi infancia por entrañables recuerdos familiares", afirmó el rey, al intervenir en un acto oficial en el Parlamento junto a la jefa del Estado helvético.
"Suiza figura entre los principales clientes y proveedores de España. También han crecido las inversiones recíprocas de forma notable, siendo nuestro país un importante receptor de capitales suizos dentro de la Unión Europea", señaló el rey, al destacar la vertiente económica de la cooperación bilateral.
De hecho, España ya es el octavo cliente de la Confederación Helvética, y el décimo segundo inversor y proveedor del país alpino.
Pero, como destacan los respectivos Ministerios de Exteriores, existe además una clara convergencia en muchos otros ámbitos entre dos países que, sin embargo, no comparten ni la pertenencia a la Unión Europea ni al euro.
Suiza, ligada a la UE por un marco general de cooperación que expira en 2012, comparte criterios similares en cuestiones multilaterales como la política mundial de protección del medio ambiente, la lucha por la abolición de la pena de muerte en el mundo y el desarrollo de los Objetivos del Milenio de la ONU.
Tanto Don Juan Carlos como Calmy-Rey subrayaron la coincidencia de enfoques en el terreno de las relaciones internacionales, y la presidenta suiza agradeció una vez más a España el papel de mediador que efectuó el pasado año para lograr la liberación de dos rehenes suizos apresados por el régimen libio de Muamar Gadafi.
El diario francófono "Le Temps", que hoy dedicó un artículo a "ese rey que tanto ama a Suiza", fue más allá al recordar que fue el propio Don Juan Carlos quien llamó por teléfono a Gadafi.
El rotativo no duda en señalar que el monarca español "se sentirá como en casa en Suiza", donde vivió parte del exilio con su familia entre 1941 y 1946, y un país que ha visitado numerosas veces de forma privada y oficial (hizo su primera visita de Estado en 1979).
Los vínculos de España y Suiza abarcan numerosos ámbitos como el político, económico, comercial, educativo o tecnológico, además de los "humanos", como recordó el rey, en referencia a "los miles de españoles que, a mediados del siglo pasado, emigraron a Suiza contribuyendo a su progreso".
En la actualidad, la colectividad española residente en Suiza se acerca a las 100.000 personas, y los reyes se reunirán mañana en Lausana con una parte de ellos.
Precisamente, muchos de esos españoles, o sus descendientes, vitorearon hoy a la pareja real durante la ceremonia de honor celebrada en la Plaza Federal de Berna, donde en medio de una lluvia persistente, Don Juan Carlos no dudó en salirse del recorrido tras la revista de tropas y acercarse a saludar, sin paraguas, a sus compatriotas.
Tras los discursos oficiales del rey y de la presidenta suiza -y después de que el primero regalara a Calmy-Rey una acuarela de la pintora santanderina Concha García- se celebró un encuentro político entre ambas delegaciones.
Junto al rey, al encuentro asistieron la ministra de Exteriores española, Trinidad Jiménez, y la propia Calmy-Rey, que además ocupa esa cartera ya que en el sistema político suizo cada uno de los siete "consejeros federales" (ministros) rota anualmente en la presidencia del país.
Ambas partes destacaron que, si las relaciones bilaterales ya son extremadamente ricas, existe además un enorme potencial en ámbitos como el energético e industrial, y concretamente en las energías renovables.
En el plano internacional, las ministras abordaron la política europea y la situación en el Norte de África tras las revueltas árabes, expresando la coincidencia de enfoques a favor de estos cambios democráticos