Don Juan Carlos se dirigió a ellos, tanto a los españoles llegados a Suiza como exiliados políticos como a los que emigraron por razones económicas, en una recepción ofrecida a una representación de la numerosa colectividad española residente en la Confederación Helvética.
"En efecto, los que vinisteis aquí para hacer realidad vuestras ansias de libertad o quienes emigrasteis en busca de un porvenir mejor, habéis conquistado el reconocimiento del pueblo suizo", les dijo el monarca en Lausana, una ciudad que le trae tantos recuerdos de su infancia, donde vivió varios años con su familia.
España también estuvo presente en esa recepción, por motivos más dolorosos, cuando el rey pidió a los asistentes guardar un minuto de silencio por las víctimas del terremoto registrado el miércoles en la localidad murciana de Lorca, justo en los momentos en que comenzaban allí los funerales por varios de los nueve fallecidos.
"Esos españoles que parecen suizos y esos suizos que parecen españoles llevan en su corazón dos lealtades que son una sola", señaló después del monarca en su intervención.
Don Juan Carlos elogió el "trabajo responsable" y la "capacidad de adaptación" de los españoles y aseguró que "nos agrada especialmente conocer a la nueva generación de españoles en Suiza... que garantizan una cercanía todavía mayor entre ambas naciones con vistas al porvenir".
Dijo que ellos proyectan "una imagen dinámica de España como excelente fruto de vuestro esfuerzo".
Aunque algunos de los numerosos emigrantes españoles ya abandonaron Suiza para regresar a su tierra, la colectividad es aún muy numerosa, pues contando a los descendientes de la primera generación asciende a cerca de 100.000 personas.
Tras pronunciar su discurso, los reyes se mezclaron con los asistentes al evento para saludarles y responder a sus preguntas e inquietudes.
La jornada de este viernes, segunda de la visita de Estado, comenzó a primera hora de la mañana en Berna, la capital federal, donde Don Juan Carlos se reunió con un grupo de empresarios suizos para presentar a España como un mercado solvente y con oportunidades de inversión.
Entre los altos ejecutivos asistentes se encontraban los responsables del gigante agroalimentario Nestlé, de las farmacéuticas Novartis y Roche, del primer banco suizo, UBS, del gestor de grandes fortunas Vontobelle, de la cementera Holcim y de la empresa tecnológica ABB.
Al encuentro asistió igualmente la presidenta suiza, Micheline Calmy-Rey, la anfitriona que ha acompañado a los Reyes durante toda la visita desde ayer.
Los intercambios comerciales entre España y Suiza se han más que doblado en la ultima década, a pesar de la crisis económica mundial.
En 2010, el comercio bilateral aumentó un 8,9 %, y España es el octavo cliente de la Confederación Helvética y el undécimo proveedor.
En España están implantadas unas 250 empresas suizas, que dan trabajo a cerca de 55.000 personas.
Pero como destacó el rey ayer en un acto en el Parlamento suizo, todavía hay un gran potencial para ampliar la colaboración, "al contar nuestras economías con empresas punteras a escala internacional en varios sectores estratégicos y de gran valor añadido".
La jornada de este viernes también tuvo un enfoque cultural con la visita que realizaron los reyes en Lausana a una gran exposición de pintores expresionistas españoles en la Fundación del Hermitage.
"El Modernismo: De Sorolla a Picasso, 1880-1918", que se inauguró en este museo de Lausana en enero y está a punto de cerrar sus puertas, agrupa un centenar de pinturas de una veintena de pintores españoles representativos de la llamada "Generación del 98", entre ellos Picasso, Sorolla, Santiago Rusiñol, Ignacio Zuloaga o Aureliano Beruete.
Don Juan Carlos y Doña Sofía mantuvieron un almuerzo después de la recepción a los españoles con la presidenta de Suiza, antes de viajar a Ginebra para abordar el avión que los llevó de regreso a Madrid.