La oferta de la jornada se completa con el montaje Del primer paso, protagonizado por Rosario Toledo y David Palomar en la sala Compañía, y con los recitales de toque y cante de Celia Morales y Rocío Márquez, respectivamente, en el Palacio de Villavicencio.
En Autorretrato, Premio Especial de la Crítica y Giraldillo al Mejor espectáculo en la pasada Bienal de Sevilla, María Pagés ha construido una producción en la que ejerce como creadora, bailaora, coreógrafa, escenógrafa y directora de vestuario, mientras las letras se toman de puño y letra de los poetas Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández y del Premio Nobel de Literatura José Saramago, entre otros.
Ejes de una obra que surge de un conjunto de solos que la sevillana, una de las máximas embajadoras del flamenco en el mundo, bailó en la escuela de Baryshnikov en Nueva York.
Según declaró la propia Pagés en rueda de prensa, Autorretrato es “un espectáculo que surge de una necesidad”, al igual que el resto de su producción artística. En este caso, se trataba de dar rienda suelta “a un momento de mi vida” y “era lo que necesitaba hacer”.
Explicó que, en ese momento vital en el que se encuentra, “el baile es el único medio que he encontrado para conocerme, digamos que está conmigo desde siempre, que no nos hemos abandonado, que somos uno, o una; al fin y al cabo, el baile es el que mejor demuestra lo que soy”.
María Pagés señaló que, en el fondo, se produce una curiosa paradoja con Autorretrato, puesto que “necesitaba hacerlo para mí y, al final, lo he hecho para mi compañía porque ella también forma parte de mi vida”.
Ese recorrido vital intimista que presenta la bailaora se muestra en el escenario a través de cuatro espacios: el estudio donde trabaja todo creador; el hogar donde transcurre su existencia anónima; los camerinos por los que transita con su compañía; y, por supuesto, el escenario que la transforma en conexión con el público.
En el hogar que María Pagés presenta en Autorretrato tiene un lugar destacado la poesía. En este marco aparece Nanas de la cebolla de Miguel Hernández, pero especial importancia se le da a los textos de Saramago. El poema Alzo una rosa del Premio Nobel portugués es “uno de los que más me ha ayudado en los momentos difíciles”.
En la producción, estrenada el año pasado en Tokyo, alterna una soleá con unos tanguillos, y la farruca con las alegrías.
La artista sevillana estará acompañada por los bailaores Emilio Herrera, José Barrios, José Antonio Jurado y Alberto Ruiz, además de las bailaoras Sonia Fernández, Isabel Rodríguez y Anabel Veloso.
En el cante, Ana Ramón e Ismael de la Rosa recitarán versos y composiciones de los célebres poetas y escritores antes mencionados, mientras que en el apartado guitarrístico Pagés se rodeará de las sonantas de Isaac Muñoz y José Carrillo Fyty.
La bailaora y coreógrafa comentó a propósito de Autorretrato que este nuevo trabajo, pensado como un ejercicio de autoanálisis en una vertiente de identidad y en otra de libertad creativa, viene a ser “una reacción” al ambiente más extrovertido mostrado en Sevilla, su creación anterior. Y es que ésta es otra de las constante de su trayectoria: que lo último no se parezca a lo anterior.