Luis Miguel Morales | El tema, sin entrar a hacer el chiste fácil, ya olía mal. Muy mal. Un tema asqueroso, intolerable e inaguantable los que han debido soportar los vecinos de El Tejar, que han tenido que padecer estoicamente como la desidia convertía en el mal olor en la compañía de un hedor intolerable y mezquino del que se ha aprovechado un empresario sin escrúpulos.
Pocas veces nos alegraremos tanto y nos congratulemos tanto del cierre de una empresa. En una época donde cualquier resquicio de creación de actividad comercial es bien vista, la excepción la firma Dercan, que ve como su cierre es aplaudida por todos.
El todo no vale se demuestra con el poco tacto y peor gestión de la entidad que ha preferido optar por que sea la Administración la quién dé el paso adelante y clausure una actividad que, viendo los expedientes, no reunía los condicionantes legales para ejercer dicha labor ni reunía las condiciones medioambientales estipuladas.
Todo ello con el perjuicio de los vecinos que han aguantado como han podido.
Cuando los gestos resultan igual de importantes y cruciales para su solución, querer es poder. La Administración ha demostrado estar capacitada para dar solución, a afrontar sin titubeos el problema y, lo que es mejor, a solucionarlo sin miramientos.
El uso de la ley es necesario, útil y obligado. Lo contrario es la sinrazón.
La política está concebida para dar respuesta y mejor uso de ella para el beneficio de la ciudadanía.
Nada más, no crear problemas absurdos ni ahondar en la burocracia inhumana e injusta ni aprovecharse de ella en provecho propio y sí del común.
Y como buenas noticias traen, dicen, buenas nuevas, con el asunto de los malos olores ya solucionado, cerca, en Pinillo Chico, el oasis del enfermo, en la dejadez y en la sanidad de tercera también debiera coger el toro por los cuernos y ahora en Sevilla, demandar un Centro de Salud y unas urgencias acordes.
Las que nos merecemos, ningún lujo, vamos.
Nuevos aires Quique, esto funciona. No se tú, pero al final me lo voy a creer y todo.
Quique Pedregal | A mí lo que me parece increíble es el tiempo que se ha tardado en solucionar este asunto. ¿No se supone, y más en materia de sanidad y salubridad, que las distintas administraciones públicas deben realizar unos controles in situ de instalaciones y procedimientos, que deben ser especialmente escrupulosos sobre todo en zonas donde existe población?
Eso es como lo de las vacunas, que hay familias que no vacunan a sus hijos en virtud de los informes acerca de los efectos secundarios que puedan producirse, pero que no advierten en los colegios y guarderías de la presencia de sus hijos no vacunados. ¿Y no hay nadie que haga saber a los papás que esto sucede? Otra vez: ¿ningún ente público se responsabiliza de lo que pueda pasar?
Lo más claro, y en eso tenemos que estar de acuerdo, es que la libertad de unos no debe empañar la de otros.
La empresa en cuestión se dedica a la recogida, compra y comercialización de todo tipo de despojos de animales. ¿No se supone que la Administración vela por los intereses de los ciudadanos, por la calidad de vida de los mismos? ¿En qué han estado pensando todo este tiempo, en las elecciones autonómicas o municipales, en el reparto de cargos? ¿Qué es mejor, esperar a que se manifieste un problema de salud o cortar por lo sano?
Sé que puede resultar demagógico, querido Luismi, pero es que siempre estamos con lo mismo. ¡¡Qué aburrimiento!! Pasa el tiempo, pasa el tiempo, y nadie arregla nada. Tienen que ser los propios vecinos los que tomen las riendas del problema.
Eso sí, luego empiezan a llegar muchos al olor de los titulares de prensa y comienzan las declaraciones en televisión en comandita… y en breve, las medallitas. Lo que yo te diga.