La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, y las principales figuras políticas y diplomáticas del país visitaron hoy el hospital donde el domingo falleció Kim Young-sam, el primer presidente civil de la democracia surcoreana.
La jefa de Estado, quien hasta hoy se encontraba en Kuala Lumpur en una cumbre de líderes asiáticos, ofreció palabras de consuelo a la viuda y su hijo tras quemar incienso y depositar una ofrenda floral en el altar instalado en honor al expresidente en el hospital de la Universidad Nacional de Seúl, al norte de la capital.
Kim falleció a primera hora del domingo a los 87 años a causa de una septicemia agravada por una afección cardíaca.
"Ha dejado como legado un gran paso adelante en nuestra democracia", dijo Lee Hoi-chang, veterano político conservador de 80 años que fue primer ministro durante la etapa de Kim Young-sam y exjuez del Tribunal Supremo surcoreano, en declaraciones recogidas por la agencia Yonhap.
Kim, que estuvo al frente del Gobierno entre 1993 y 1998, fue el primer presidente civil de Corea del Sur tras décadas de dictaduras militares a las que siguió una transición democrática con un primer ejecutivo electo a cargo del también castrense Roh Tae-woo desde 1988 hasta 1993.
La etapa de Kim Young-sam estuvo marcada por una fuerte campaña anticorrupción, varias tensiones y crisis militares con Corea del Norte, y sobre todo por la grave crisis financiera asiática entre 1997 y 1998 que obligó a Corea del Sur a aceptar un rescate masivo de 58.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El fallecido, que no ocultó desde niño sus ambiciones políticas y a los 26 años logró ser el diputado más joven de la Asamblea Nacional, apoyó en un principio los gobiernos autoritarios en el país, pero más tarde pasó al movimiento opositor a favor de la democracia, lo que le reportó arrestos y sanciones y pasó algunas temporadas en la cárcel.
Protestante y anticomunista, Kim Young sam estaba casado con Son Myung-soon y era padre de dos hijos y tres hijas.
