Esta semana hemos mantenido un más que agradable encuentro con el diputado socialista, Juan Carlos Campo, con el que hemos querido charlar sobre actualidad nacional aunque sin dejar de lado Cádiz y su provincia.
-¿Cómo está siendo la experiencia como diputado en el Congreso?
-La experiencia está siendo muy interesante y tremendamente enriquecedora en el ámbito personal. Es una experiencia muy ilustradora en el ámbito político. Es una experiencia nueva, nuestra democracia es relativamente nueva y no había vivido una experiencia igual donde se están poniendo a prueba mecanismos que hasta ahora no habían sido tan nucleares. Hablo del consenso que hoy es una obligación, no es fin pero es un magnífico método de trabajo y ahora se está poniendo a prueba la capacidad de los partidos políticos para lograr esos acuerdos que nos permitan esa gobernabilidad.
-Estamos viviendo un momento histórico y ante esa necesidad de consenso y con la experiencia que lleva vivida, ¿cree que habrá consenso?
-Algo así hablamos la primera vez que mantuvimos un encuentro y creo que hay que ir día a día, hay que tener generosidad, hay que trabajar, porque la idea del consenso implica sacrificios porque uno es consciente de que no tiene mayoría y por lo tanto es necesario renunciar a algunos de tus planteamientos siempre que las renuncias no sean esenciales y exista un elemento reconocible en tu negociación. Y este sentido, creo que se está haciendo por parte Pedro Sánchez absolutamente bien. Creo que el acuerdo firmado con Ciudadanos es un acuerdo respetuoso con el programa pero a la vez saber que detrás hay un número importante de diputados que representan a un número aún mayor de ciudadanos y por lo tanto, creo que hay que ir sumando e ir día a día. ¿Optimista? Consustancialmente soy optimista pero sobre todo creo en el trabajo y en el esfuerzo para ganar adhesiones fruto de una negociación leal como la que se está llevando a cabo.
-¿Es más fácil que en ese consenso entre Podemos o el Partido Popular?
-La situación es muy variable, mutable y difusa, pero creo que, casi desde el punto de vista de un espectador, es más fácil entenderse con Podemos que con la cerrazón en la que está instalado el Partido Popular. Sus problemas internos y los que todos tenemos en mente, les hacen tener una situación muy confusa, en el sentido que tienen una manifestación casi esquizofrénica porque claro, ellos ganaron las elecciones, sería desleal no decirlo, pero con una mayoría absolutamente insuficiente y ahí debería haber tomado la iniciativa…
-Que sí ha tomado Pedro Sánchez…
-Claro, pero cuidado, la ha tomado Pedro Sánchez pero respetando y siendo leal con todo el procedimiento y con su majestad el Rey, la tomado cuando le ha tocado. Solo la renuncia del PP a hacer lo que obligatoriamente tenía que hacer, respetando el mandato de los españoles y del Rey, es lo que le lleva a Sánchez a entrar y a hacerlo con esa situación tan peculiar que estamos viviendo que él ha calificado como histórica aunque para mí histórica es un calificativo más para cuando se descubrió la penicilina, pero acepto el término porque nunca había ocurrido una situación tan compleja en España.
-…Que es la que han elegido los españoles…
-Eso es que precisamente iba a comentar. Podemos discutir, hacer tratados de sociología política o de variabilidad pero lo cierto es que hay un mandato claro de los españoles que no han querido que nadie tenga mayoría, ni tenga la posibilidad, por sí solo, de gobernar. Y es lo que está intentado Pedro Sánchez, intentar aunar voluntades y esfuerzos para darles a los españoles lo que nos han pedido en las urnas.
-Por otro lado, del pacto con Ciudadanos en la provincia de Cádiz de lo que más se ha debatido es la intención de suprimir las diputaciones…
-Sí, eso es un tema que se ha llevado en el programa de Ciudadanos. Es verdad que también formó parte de un manifiesto del PSOE. Hablamos que son instituciones que después de años en democracia y después de un buen funcionamiento, pero no perfecto, deben afinarse y ajustarse para evitar posibles solapamientos que se dan. Todo lo que sea reexaminar las instituciones, e incluso diciendo la magnífica labor de su día a día, creo que es un tema que no nos debe dar miedo estudiar y analizar, porque todo es susceptible de mejorarse.
-Aunque todo esté en funciones, eso no quiere decir que no se esté haciendo nada. De hecho, se celebró días atrás un pleno en el que se debatió una propuesta para la regeneración democrática y precisamente fue usted el encargado de defenderla…
-Primero, ¿gobierno en funciones? Ocurre que cuando le interesa es un gobierno desaparecido, y cuando no es absolutamente beligerante y actuante. El gobierno en funciones está porque lo dice la ley, pero solo tiene que someterse a control cuando realiza gestiones ordinarias. Y es lógico que un parlamento no lo someta a control, pero ocurre que la vida es tan compleja que tenemos consejos de Europa casi continuamente, y no hay más que ver el BOP para ver las cosas que se aprueban los viernes por la mañana que no son de gestión ordinaria, como por ejemplo la regulación de una cuenca hidrográfica… Ocurre que el gobierno se está declarando en rebeldía y no quiere venir, pero hablamos del núcleo duro de la Constitución, el artículo 66 que dice que es el Parlamento quien controla al gobierno. Hablo ahora de la segunda cuestión. La actividad parlamentaría está, no sé a pleno rendimiento pero sí a buen rendimiento. En el pleno del que hablas hubo temas importantes, algunas proposiciones no de ley verdaderamente importantes: firmas del tratado de la organización internacional del trabajo, protección de la infancia, etc. Entre ellas había dos propuestas para la creación de una comisión de carácter permanente para toda la legislatura, para analizar la corrupción. Primero fue una iniciativa de Podemos para crear esta comisión y desde el PSOE pensamos que había que ampliar esa iniciativa como así lo llevábamos en el programa electoral. Nuestra idea es también analizar la calidad del sistema democrático. No nos engañemos, la corrupción es un problema de gente sin ética, por supuesto, de delincuentes, pero también tiene una parte de culpa importante el sistema que no está del todo afinado y permite estas situaciones. Por eso no es solo importante un caso concreto que ya esté en los tribunales, sino también saber qué ha fallado en el sistema para que eso ocurriese. Eso es lo que llamamos la auditoría de la calidad democrática. Tuve el honor de defenderlo en el pleno y después de diversos avatares, lo cierto es que tuvo un respaldo unánime de la cámara con solo seis abstenciones.
-Una vez en el Congreso, cuando ese día en los medios de comunicación aparece un nuevo caso o un nuevo juicio, ¿se nota la tensión entre los diputados cuando se habla de corrupción?
-Sí, claro que sí. En el pleno estuvo latente. Al margen de esas cuestiones, no podemos convertir el Parlamento en un plató de televisión, con todo el respeto hacia los medios de comunicación, ni en un tribunal de justicia, porque el Congreso de los Diputados tiene otra función. Lo verdaderamente importante es acabar con la corrupción porque está generando un desasosiego, un malestar, en los ciudadanos y en la percepción del país. Tenemos que recobrar la confianza y el acercamiento de la ciudadanía a la política, porque después hay un mimetismo y se asocia mediante un juego intelectual rápido corrupción, clase política. Pero nada más lejos de la realidad. Lo que pasa es que la clase política tiene una responsabilidad, entre ellas acabar con eso, hay que romper los muros que separa la ciudadanía de la clase política, hay que recobrar el placer de la necesidad de la clase política. Y esto hay que decirlo con mayúscula, porque la verdadera, y yo ponía el ejemplo de lo que es el origen etimológico de Corrupción, que viene del latín pero tiene un prefijo de intensidad que significa romper, es decir, la corrupción rompe el modelo de convivencia. Tenemos que acabar con ella.
-En la actual situación ¿se pueden derogar leyes como la Ley Mordaza o la Reforma Laboral?
-Eso es perfectamente posible. El Parlamento es soberano, faltaría más. Nosotros hemos presentado propuestas, lo que pasa es que todo tiene unos tiempos. Cuando se presenta una iniciativa, se debe publicar, el gobierno tiene un mes para alegar, todo tiene sus tiempos y es imposible derogar una ley en quince días porque no es viable técnicamente, todo tiene su trámite. Nosotros hemos presentado ya una propuesta para derogar el 315 en su párrafo tercero del Código Penal por todo lo que ello supone para el mundo laboral. Yo mismo he mantenido reuniones con los sindicatos y están tremendamente preocupados por eso. Estamos hablando de que es un instrumento que se creó junto a una reforma laboral tremendamente opresora contra la clase trabajadora, además instrumentos normativos que permiten la represión de conductas que se exterioricen, porque nunca se ha amparado en salvajismo. Pero eso plus contra la clase trabajadora, no podíamos tolerarlo, lo llevábamos en el programa y lo presentamos el primer día. También hemos presentado iniciativas contra la prisión permanente revisable… y podíamos hablar de otras muchas.
-¿Pueden los diputados gaditanos presionar en el Congreso para una buena utilización de la ITI?
-Bueno, la misión de los diputados no es presionar, es aunar voluntades para llevar a una zona, en este caso Cádiz, cuestiones que le beneficien, algo que estamos haciendo desde el primer día. Hablo de Navantia, de un plan de viabilidad para los astilleros y rejuvenecimiento de la plantilla, pero desde el aporte y no desde la presión. En este sentido, intentaremos, cuando se elaboren los presupuestos, que recoja ese plan de trabajo que contempla dos anualidades de 50 millones de euros para que venga a Cádiz un plan especial de empleo. Estamos haciendo todo lo posible para articular esos diez millones de metros cuadrados que tenemos de terrenos productivos, Zona Franca, zona del Puerto, Delphi, Aletas, y que constituyan un área sugerente para los inversores, beneficiándose de los beneficios fiscales de la Zona Franca para que estos sean terrenos no solo con capacidad de suelo productivo, sino que lo sean. Eso es lo que estamos intentando hacer.
-Bajo su punto de vista, ¿hacia dónde debería dirigirse la inversión de la ITI?
-Creo que está marcado. Terrenos un gran terreno productivo, una gran clase trabajadora cualificada, y por lo tanto tenemos que ir a esas áreas para revitalizarla. Crear nuevos tejidos productivos para la provincia, sin olvidar los sectores productivos y económicos señeros, hablo del vino, las almadrabas, la piel… la voluntad está y el camino está marcado.
-¿Qué ocurre en Madrid cuando se ponen sobre la mesa los datos del desempleo en la provincia de Cádiz, que son brutalmente negativos?
-Sí, los datos son los que son. Todos los gaditanos lo vivimos con auténtico pesar. Recuerdo hace unos días, con ocasión de un aniversario de radio, decía Iñaki Gabilondo que antes Cádiz estaba asociado a una forma de vivir la vida pero ahora se asociaba al paro desgraciadamente. Creo que eso hay que romperlo, pero es una realidad y eso dependerá de nosotros, de la capacidad de articular mecanismos para ello.
-Sobre las tasas judiciales… ¿rompe la igualdad de los ciudadanos?
-Un preámbulo. Hemos presentado también una proposición para evitar, para suprimir las tasas judiciales porque es un mecanismo de desigualdad, pero cuidado, no lo dice el PSOE, que siempre lo ha dicho, lo dice el propio PP que ha hecho una contra reforma contra sí mismo, lo que pasa que no agotó el camino. Aquí hay un derecho básico que es el que nos dimos los españoles en el 78 para tener acceso a la justicia, que no debe tener trabas. Y desde luego bastantes desigualdades crean la economía como para crear una en la justicia. El acceso a la justicia no tiene alternativa, o se va, o no se va,… en educación, en sanidad, hay alternativas, está la pública y la privada, en justicia no. No podemos poner ninguna traba. La proposición que hemos presentado habla de supresión definitiva de tasas para pymes, ONG, colectivos, comunidades de propietarios, solo dejamos la que permitió el Tribunal Constitucional, que son las tasas para aquellas empresas con un enorme volumen de facturación.
-En varias ciudades, entre ellas Cádiz, se han convocado manifestaciones en contra del acuerdo entre la UE y Turquía sobre la situación de los refugiados sirios, ¿es acorde a ley?
-Bueno, primero que no es un acuerdo, es un preacuerdo, pero lo que sí está claro es que ya ni el propio gobierno en funciones considera que es válido. Expulsiones colectivas es una barbaridad…
-Sinceramente, lo es…
-Es una barbaridad. Por eso digo que la propia dinámica y la presión social son tan importantes. Hablamos de lesa humanidad. El TC habla de potenciar el ejercicio de los derechos porque es lo que vivifica una ciudadanía crítica. Espero que se rectifique ese preacuerdo y no tengamos que verlo.
-¿Qué les dice a aquellas personas que vinculan refugiados con terroristas?
-Hay que hacer pedagogía. El miedo a lo desconocido lo tiene el ser humano desde que nace. Pero precisamente la inteligencia es lo que lleva a colmar esos miedos. Hay que decir que la entrada de personas lo que conlleva es a un enriquecimiento. Además, el concepto de refugiado es un concepto muy anquilosado en el Derecho Internacional, firmado en todos los casos por España. Por lo tanto hay que prestar ayuda ya por un compromiso legal. Pero también hay un compromiso previo, que es lo que lleva a la norma, que es el compromiso internacional. Desde luego pensar en relacionar la entrada de refugiados con el ‘yihadismo’ es una barbaridad que no nos podemos permitir. No hay más que ver las imágenes para que nos demos cuenta que detrás de ese niño ahogado en la playa no hay un ‘yihadista’.