La noche de los cuchillos largos dejó una sesión que cumplió lo prometido sin desmerecer ninguna de las agrupaciones con las que contó la función.
La noche no confundió con un reinado que comenzó con el coro de Bayón y Valdivia y una apuesta transgresora, con un show en la que ‘La reina de la noche’ calentó la noche a base de espectáculo de una coreografía fantástica. Alegría y desenfreno acompañaron desde su presentación.
Los coros aperturistas llaman con fuerza, ya no solo es exclusividad de Luis Rivero que volvió a mostrar de manera mundial que ‘El mayor espectáculo del mundo’ son los carnavales de Cádiz. El coro dejó una vez más su clase y su íntegro pase con una variedad exquisita de música y mensaje.
Capítulo aparte se merece Tino Tovar. Ha sido todo un refuerzo continuo de hallar un tipo que ha ido creciendo y adaptándose a las exigencias de un Concurso con un ‘Ángel de Cádiz’ que montó sobre la marcha.
La pugna final ha servido para una competencia brutal en la modalidad de comparsa. Martínez Ares quiso eternizar a unos barqueros que resucitaron a un Falla entregado a la causa y a ‘La eternidad’. La ‘vuelta’ de Manolito Santander con unos vikingos más gaditanos que nunca con aires chirigoteros.