Liberación total con un coro rompedor y transgresor que apunta alto sin que la noche lo confunda, donde son las reinas y las dueñas de la fiesta que se montan sobre las tablas.
Su pena con los que se marchan fuera por motivos laborales aunque se mueran por su amor a incondicional a Cádiz.
Su tristeza es exigua. Al tipo, su crítica a esos que no entienden esa liberación sexual que ellos pretenden normalizar con la Salvaora y la Petróleo.
Grupo que se maneja con soltura en una interpretación ajustada con descaro y desvergüenza. Se impone el estilo.