El responsable de este grupo, que aglutina a más de 9.200 titulares de oficinas de farmacia de toda España, ha confesado, en una rueda de prensa, que no quería expresar su opinión al respecto de esta situación pero ha invitado a los responsables sanitarios a analizar este fenómeno, así como al conjunto de la sociedad.
Concretamente, ha animado a las autoridades sanitarias a preguntarse si "esto era lo que querían" cuando decidieron poner a la venta, si prescripción médica, la píldora poscoital.
La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, justificó esta medida en la necesidad de "facilitar la accesibilidad" al medicamento y contribuir a la reducción de embarazos no deseados en jóvenes y adolescentes, insistiendo siempre en que se trata de un método anticonceptivo de "emergencia".
González Bosch ha comentado que "desde el punto de vista analítico de una empresa", si se multiplican las ventas de cualquier producto, se pueden interpretar varias cosas.
Una es que "había una demanda insatisfecha", que ha salido a la luz al no tener que acudir las jóvenes a un centro médico para adquirir la píldora, o que "el cauce de venta" existente hasta el 28 de septiembre "no se adecuaba a la realidad".