Las obras de remodelación que se están llevando a cabo en el museo holandés han permitido que una de sus obras maestras, firmada por Frans Hals y Pieter Codde, pueda contemplarse de forma excepcional en el Prado hasta el 28 de febrero.
Una vez que finalicen las obras en el Rijksmuseum, en el año 2013, “esta obra no volverá a viajar”, señaló durante la presentación de la muestra Taco Dibbits, director de colecciones del museo holandés.
La pintura se exhibe anexa a la exposición Holandeses en el Prado, compuesta por 56 obras seleccionadas entre cerca del centenar que forman la “aislada presencia holandesa”.
La muestra es la ilustración de un trabajo de investigación que ha durado seis años y que ha llevado a cabo la conservadora Teresa Posada, comentó el director del Prado, Miguel Zugaza.
La exposición es una invitación a contemplar “con detenimiento lo que tenemos y no lamentarnos con lo que no tenemos”, según Zugaza para quien la Holandeses en el Prado culmina uno de los programas “más narcisistas” del Prado, junto a la exposición de la pintura española del XIX y la dedicada a Maíno.