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Martes 12/11/2024
 

Reflexiones desde el sofá

Y mañana, ¿qué?

Estamos contribuyendo a unas dudas y sensación en la sociedad de que somos unos auténticos conejillos de indias

  • Pandemia. -

Amanecer y encender la televisión para oír las noticias mientras desayuna se ha convertido en una actividad de entretenimiento, os lo propongo. Mientras os preparáis el café y las tostadas, podéis hacer cábalas sobre qué nos anunciarán las noticias del día, “la vacuna de AstraZeneca produce trompos para bailarlos en el patio del colegio”, “la vacuna de Johnson da efectos secundarios, te hace los rizos y a los calvos le saldrán melena” … Estoy seguro que algún día, esas noticias dirán algo de estos desvaríos que he soltado. 

Lo cierto es que la sociedad, antes los continuos cambios de estrategia de vacunación, unido a la lluvia de comentarios sobre como actuar con la vacuna si tomar paracetamol o no etc., estamos contribuyendo a unas dudas y sensación en la sociedad de que somos unos auténticos conejillos de indias de unas administraciones que no tienen claro ni el origen ni el modo de enfrentarse a esta pandemia. Una situación que es entendible, pues no es fácil enfrentarse por primera vez a un problema de este tipo y que, por supuesto, a medida que avancemos en el tiempo, esperemos al menos, los avances a la hora de enfrentarse a esta enfermedad deben superar a las variantes pandémicas y podamos volver a esa normalidad que cada vez la vemos más atrás en el tiempo.

Pero un Estado y sus Gobiernos deben trasladar seguridad y sinceridad a la sociedad, por eso los giros que vemos deberían de tratarse con un poco más de serenidad, previsibilidad y, sobre todo, intentar emplear la lógica y el sentido común. Si la vacuna de Pfizer no está dando problemas ¿por qué no intentamos vacunar con esta marca a todo el mundo y evitamos cualquier tipo de reacción adversa? Y otra cuestión importante, ¿cómo es posible que países, en principio de menor desarrollo que los europeos, han conseguido la inmunidad generalizada y Occidente aún no? ¿acaso alguien miente también ahí o es que no se ha querido usar algunas vacunas para no favorecer la economía de determinados países? Porque al final todos los problemas de administración, se reducen siempre a temas económicos, quien nos dice que esta campaña de trombos y efectos secundarios no son asuntos de una guerra comercial de las farmacéuticas que nos proporcionan las diferentes marcas de vacunas. 

Sea lo que sea, para mí sólo hay un asunto transcendental y es que nuestros vecinos siguen falleciendo por culpa de una maldita pandemia a la que no estamos afrontando de la manera adecuada. La economía esta sufriendo, y es cierto que hay casas de familia pasándolo muy mal, pero tenemos que saber gestionar esta situación de manera solidaria y respetando las normas marcadas. No podemos dejar indemnes a aquellos descerebrados que siguen sin mantener la distancia, sin mascarillas y, en definitiva, sin respetar ninguna medida de seguridad y provocando a veces la ruina de una familia porque el dinero se puede recuperar, la vida no.

Con esta actitud del ciudadano de a pie, que habitualmente responsabiliza de todo a los Gobiernos, es complicado ni afrontar una pandemia ni afrontar ninguna reivindicación social de un municipio que ha añorado siempre la unidad y solidaridad de sus vecinos y que con la pandemia sigue comprobando como el dolor de el de enfrente nos importa bien poco

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