Algunas personas se adhirieron a la marcha que en su cabecera llevaba una pancarta con el lema: El amor al Crucifijo, signo de fe y de fraternidad universal, es el símbolo del arte y de la cultura italiana y europea.
El pasado 3 de noviembre, el Tribunal de Estrasburgo sentenció que “la exhibición obligatoria del símbolo de una determinada confesión en instalaciones utilizadas por las autoridades públicas, y especialmente en aulas” restringe los derechos paternos a educar a sus hijos “en conformidad con sus convicciones”.
El fallo del Tribunal Europeo llegó después de que una madre italiana reclamara en 2002 al instituto público al que acudían sus hijos la retirada del crucifijo de las aulas.
Por su parte, el Papa Benedicto XVI exaltó ayer el valor religioso, histórico y cultural del Crucifijo al término del Ángelus en la plaza de San Pedro y en su saludo “con afecto” a los peregrinos italianos.
En su saludo habitual a los asistentes en la plaza, el Papa se ha dirigido “en particular a aquellos que han tomado parte en la marcha promovida por el Movimiento del Amor Familiar para manifestar su profundo amor al Crucifijo, reconociendo su valor religioso, histórico y cultural”.