—¿Otra exposición suya en una sala que inauguró hace años?
—Hace diecinueve años en diciembre se inauguró en la Fundación de Cultura José Luis Cano esa galería siendo alcalde de Algeciras Patricio González. Fue una experiencia muy bonita puesto que abrir una galería pública en el Campo de Gibraltar es siempre un paso hacia delante. De la misma manera que cuando se muere un programa cultural, es una confesión a la muerte.
—¿Cómo le ha ido como pintor hasta la fecha?
—Hice muchísimas exposiciones individuales no sólo en España sino en el extranjero, habiendo sido la última en Washington con una exposición dedicada a Juan Ramón Jiménez. También expuse tanto colectivamente como individuales en Finlandia, Holanda y en otros países europeos y en EE UU. Tengo mis obras repartidas en una docena de países en colecciones públicas o privadas.
—¿Cómo se siente como pintor?
—En todos los aspectos de mi vida soy un aprendiz. Los aprendices solemos tener mucho entusiasmo por aprender nuevas experiencias. Y ahora, al filo de los sesenta años, creo que tengo una voz personal y la pintura me sirve para expresarme y para comprender el mundo. Y también, lo más importante, para comprenderme a mí mismo.
—¿Cómo está el mundo políticamente?
—Este mundo se encuentra en avanzado estado de descomposición. El capitalismo es un sistema perverso y está en uno de los momentos peores de la historia de este sistema político y económico. Sólo hay que mirar las cifras de paro, el abandono de la cultura, las imposiciones del mercado. Es una dictadura muy sutil, pero una dictadura.
—¿Cuáles son los pilares que sustentan sus pensamientos?
—Son muy antiguos y además eternos: Libertad, Igualdad, Fraternidad y Tolerancia entre todos los hombres, que son los que nos pueden conducir a un mundo en paz.
—¿Se refugia también en la poesía?
—Frecuento mucho el ámbito de la poesía y aunque haya publicado algo no me considero un poeta. Me considero una persona que tiene necesidad de expresarse. La práctica de la pintura me lo permite pero a veces la poesía también, porque dependiendo de mi estado de ánimo me expreso pintando o escribiendo un poema. Las críticas que recibo con más frecuencia es que mi pintura está muy cargada de poesía.
—¿Qué fin tiene la práctica del arte?
—La práctica del arte tiene como fin la creación de un objeto artístico. Y cuando usted escribe un poema o pinta un cuadro crea objetos artísticos. Soy una persona que necesita expresión integral.
—¿Es un afortunado al ser el director gerente de la Fundación Municipal de Cultural Luis Ortega Brú de San Roque?
—Soy el director gerente de la fundación de cultura, pero llevo trabajando como gestor cultural veintinueve años, habiendo dedicado gran parte de mi vida a ello. Estoy muy agradecido a las instituciones que lo han permitido, en este caso el ilustre Ayuntamiento de San Roque, el que durante muchos años ha depositado su confianza en mí, así como la Universidad de Cádiz. He trabajado y he aprendido mucho, habiendo sido muy buena la vida conmigo.
—Antes de ejercer como gestor cultural, ¿a qué se dedicaba?
—He sido maestro de escuela y ya vivía en el mundo de la cultura tanto en mi etapa de Sevilla como en el Campo de Gibraltar. Pero desde mis catorce años ya estaba involucrado en actividades culturales y en otras iniciativas, habiendo hecho mi primera exposición de pintura siendo un adolescente.
—Aparenta ser uno de esos maestros, que recorrían los cortijos para enseñar.
—Me emocionaba con esas escuelas pequeñitas que se encontraban por esos caminos. He trabajado en zonas rurales y era un maestro profundamente comprometido con la pedagogía de la libertad. Fueron años maravillosos pero hubo que tomar una decisión, porque pintar y estar en la escuela era imposible, porque la escuela exigía una entrega total y era muy difícil sacar horas para pintar. El cambiar de actividad profesional para mí fue un paso muy duro. Hoy después de tantos años, al pasar por un colegio y oír el ruido de un recreo me emociona profundamente.
—¿En esta sociedad se puede ser libre?
—La libertad es una experiencia en primer lugar interior. El hombre que interiormente no alcanza su propio equilibrio, difícilmente podrá disfrutar de otras libertades. Por consiguiente en cualquier sociedad se puede ser libre.
—¿El que quiera ser un verdadero escritor o artista tiene que darlo todo hasta la vida?
—La vida tiene un precio que es la vida. Y lo que procuro es ser absolutamente fiel a mis principios. Eso tiene un costo porque soy muy poco amigo de los cenáculos, de los movimientos. Lo que realmente me interesa es crecer con un don con el que he nacido que es el de la pintura. La práctica de la pintura es un instrumento hacia el conocimiento.
—¿Cómo se encuentra cultural y artísticamente el Campo de Gibraltar?
—Está en una franca decadencia después de haber alcanzado alturas considerables. Piense usted en algunos de los programas culturales y artísticos emblemáticos del Campo de Gibraltar que conoce. Unos se han aplazado como son los Cursos de Verano de San Roque, otros han desaparecido como es el caso del festival de Jimena. Y algunos otros programas como el Aula de Literatura José Cadalso atraviesa momentos complicados, a pesar de ser unos de los foros literarios más importantes del país.
—¿Proyectos más inmediatos?
—Tengo un libro ahí a medio camino, pero necesita su propia cochura porque no se puede correr. Tengo otra serie de pinturas que estoy preparando. Y hay ofertas para exponer fuera de España. Pero el proyecto más importante de mi vida, es que mañana tenga las mismas ganas de vivir que tengo ahora.