El Papa ha instado al clero mexicano a no "minusvalorar el desafío ético y anticívico que el narcotráfico representa para la entera sociedad mexicana, comprendida la Iglesia", al tiempo que les ha exhortado a alejarse de las "intrigas" y de "los infecundos clubs de intereses" en un encuentro con los obispos en la catedral metropolitana de la capital del país, que visitará hasta el próximo 18 de febrero.
"Si tienen que pelearse, peléense. Como hombres, en la cara, pero como hombres de Dios, y mantengan la unidad del cuerpo episcopal", ha exclamado en un discurso improvisado.
Así, Francisco ha instado a los obispos mexicanos a no perder tiempo y energías en las cosas secundarias, "en las habladurías e intrigas, en los vanos proyectos de carrera, en los vacíos planes de hegemonía, en los infecundos clubs de intereses o de consorterías".
Ante el narcotráfico, les ha pedido que no se refugien "en condenas genéricas", y que realicen "un serio y cualificado proyecto pastoral para contribuir, gradualmente, a entretejer aquella delicada red humana".
Tras la visita al Palacio Nacional, el Papa ha saludado al arzobispo de Ciudad de México, al cardenal Norberto Rivera Carrera, y al presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana, el cardenal José Francisco Robles Ortega, y ha pedido que a través "de las familias" abracen "la periferia humana y existencial de los territorios desolados de nuestras ciudades; involucrando a las comunidades parroquiales, las escuelas, las instituciones comunitarias, la comunidades políticas, las estructuras de seguridad".
En su discurso ha recordado que está visitando México siguiendo los pasos de sus predecesores y se ha se interrogado: "¿Podría el Sucesor de Pedro, llamado del lejano sur latinoamericano, privarse de poder posar la propia mirada sobre la *Virgen Morenita*?".
Y les ha recordado: "la Virgen Morenita' nos enseña que la única fuerza capaz de conquistar el corazón de los hombres es la ternura de Dios".
En este sentido, ha valorado que la "fe cristiana" es "capaz de reconciliar el pasado, frecuentemente marcado por la soledad, el aislamiento y la marginación, con el futuro continuamente relegado a un mañana que se escabulle" porque "sólo en aquel regazo se puede, sin renunciar a la propia identidad, descubrir la profunda verdad de la nueva humanidad, en la cual todos están llamados a ser hijos de Dios".
LIMPIA MIRADA Y ALMA TRASPARENTE
Por ello, les ha invitado a ser "obispos de mirada limpia, de alma transparente, de rostro luminoso". "No tengan miedo a la transparencia. La Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar. Vigilen para que sus miradas no se cubran de las penumbras de la niebla de la mundanidad; no se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa; no pongan su confianza en los carros y caballos de los faraones actuales, porque nuestra fuerza es la columna de fuego que rompe dividiendo en dos las marejadas del mar, sin hacer gran rumor", a exhortado.
Para el Papa es "necesario responder a la gente que Dios existe y está cerca a través de Jesús". Y ha asegurado: "En las miradas de ustedes el Pueblo mexicano tiene el derecho de encontrar las huellas de quienes han visto al Señor".
Así, les ha pedido que ofrezcan "un regazo materno a los jóvenes" para que puedan "captar lo que ellos buscan, con aquella fuerza con la que muchos como ellos han dejado barcas y redes sobre la otra orilla del mar".