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Viernes 08/11/2024
 

San Fernando Cofrade

XXXIII Pregón de Exaltación de la Cruz, por Enrique González Cumbreras

Información San Fernando ofrece el pregón que no pudo escucharse el sábado13 de septiembre en la iglesia del Santo Cristo por “imposibilidad del pregonero”, según un comunicado oficial de la hermandad de la Vera-Cruz, que sí celebró las funciones a la Cruz y a la Virgen del Mayor Dolor

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  • Lignum Crucis de Vera-Cruz -

Enrique González Cumbreras fue designado pregonero de la XXXIII Exaltación de la Santa Cruz. Un pregón que debía haberse celebrado el sábado 13 de septiembre, y que fue suspendido a última hora. Sus palabras no pudieron ser escuchadas, pero hoy ven la luz en San Fernando Información

Oración inicial

  Amante Jesús mío,
¡OH, cuanto te ofendí!
Perdóna mi extravío
Y ten piedad de mí.

¿Quién al mirarte exánime,
Pendiente de una cruz,
Por nuestras culpas victima
Expirar buen Jesús;

De compasión y lástima
No siente el pecho herido
Habiéndote ofendido
Con nuestra ingratitud.

¿Quién no se siente Señor
Traspasado de dolor,
Al contemplar el duro precio
Que pagaste por las culpas
De quien a cruz te condenó.

Cruz que fue instrumento
De angustias y sufrimientos
Cruz que se hace relicario
Empapada por la sangre
De quien en ella esta muerto.

Mas, tu muerte Señor es vida
Vida y resurrección
Que vencida ya la muerte
Nos ganaste la salvación.
Envía Señor desde tu cruz
Un rayo de divina luz
Acepta mi humilde oración
Dirige mis torpes palabras
Y haz que sepa exaltar.
La Cruz que a todos nos salva.
Rvdo. Párroco del Santo Cristo, Rvdo. Vicario parroquial, Sr. Hermano Mayor de la Cofradía de la Vera Cruz, Sr. Presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Sr. Representante del Iltrmo. Ayuntamiento de la Ciudad, Sr. Hermano Mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de los Aligidos.
Sr. Hermano Mayor de la Cofradía Hermana de Nuestro padre Jesús Nazareno, Sr. Presidente del Consejo Parroquial. Srs. Representantes de las distintas Cofradías y Hermandades Isleñas. Queridos Hermanos de la Hermandad de Vera Cruz.
Sras., Sres. Hermanos todos en Cristo Jesús.

XXXIII exaltación a la santa cruz

Sean mis primeras palabras, para agradecer a la Junta de Gobierno de Mi querida hermandad, el honor que supone para mí, la confianza de encargarme ser el Exaltador de la Cruz en este año de 2014.

Ya conté con esa confianza en una anterior ocasión, pero las circunstancias familiares impidieron que pudiese llevarlo a efecto, así que doble agradecimiento. Gracias también por la persona elegida para presentarme.

No es la primera vez que lo hace y sus palabras, sus elogios, son más fruto de la amistad y el cariño, que los que realmente merezca. Son mas de 50 años de convivencia, primeramente de amistad, de compartir años como directivos de la salle, de la cofradía de cristo rey, de la asociación amigos del cargador, pero sobre todo de cariño familiar. Una vez mas ha exagerado, fruto de ese cariño mutuo y yo le agradezco sus palabras, porque se que son sinceras y le salen del corazón.

Hace ya bastantes años, tuve el honor de ser designado pregonero de la XVIII edición de la recordada Semana Cultural de la Salle.  Era la primera vez que me enfrentaba a una misión de este tipo, Así que con ilusión me puse a la tarea. Tras escribir una serie de folios y dada mi inexperiencia, solicité a un amigo, ya experto que me diera su opinión sobre el trabajo realizado. Me recomendó que para darle más esplendor, incluyera citas famosas en mi texto. No accedí a ello por considerar que no sería honrado por mi parte, puesto que nadie puede dar lo que no tiene o conoce, para mi seria como engañar. Esa idea la he mantenido a lo largo de los años y he procurado siempre decir los que siento, como lo siento y en un lenguaje que sea asequible a quien me escuche.

Por tal motivo, mis palabras esta tarde serán las que salen de mi corazón, apoyadas por mis mayores o menores conocimientos y al mismo tiempo de forma breve para no cansar o aburrir. Tuve un profesor, sacerdote salesiano, gran orador, que decía que cuando daba un sermón no le importunaba que el público se moviera o mirara el reloj, lo que ya le preocupaba era cuando movían la muñeca para comprobar que el reloj no se había parado. No pretendo que eso me ocurra a mí.

Hoy nos toca hablar de la Cruz, el símbolo que representa a los cristianos, pues fue en ella donde Jesucristo quiso morir a su vida humana y así redimirnos./ Aunque su verdadera redención no se produzca en la cruz, sino gracias a su gloriosa Resurrección.

La cruz por tanto tiene significado de perdón, tanto es así que en sus últimas palabras Jesús pide al Padre perdón para quienes lo habíamos llevado a ese extremo.

Pero la cruz, tal cual. Dos palos que se cruzan, no ha sido siempre símbolo ligado a la religión./ La cruz es un antiguo símbolo de las culturas paganas y el más antiguo hallazgo encontrado data aproximadamente de 10.000 años a.c., Encontraron unas cruces grabadas en pequeñas piedras de arcilla que se supone cada una contenía el alma de un difunto.

La misma cruz que veneramos los cristianos era objeto de adoración de los pueblos paganos siglos antes de la venida de Cristo y tenía una representación más bien cósmica que divina.
Los celtas e incluso los fenicios le rendían culto a este símbolo. También en México la adoraban siglos antes de que los misioneros católicos pisaran sus tierras.
Más tarde la cruz celta llego a simbolizar los 4 caminos de las esquinas de la tierra, donde la unión de los cuatro puntos formaba una cruz y el punto central significaba el centro del mundo. El centro también representaba el origen de la vida, el nacimiento de los 4 ríos místicos y las cumbres de las montañas del mundo.
Como estos datos reseñados, existen infinitud que nos hablan de la existencia de este antiguo símbolo y así llegaríamos al imperio romano, donde la cruz era el lugar de tortura y muerte, símbolo maldito, donde se crucificaba a los peores malhechores.

No es hasta el año 306 d.c. cuando Constantino, emperador de parte del imperio, a la muerte de su padre, incorpora este símbolo asociándolo a la comunidad cristiana mas como medida política que religiosa, pues el que a través del edicto de Milán permitió la tolerancia religiosa, seguía  adorando a sus dioses paganos.

Así, sucintamente es como la cruz se convierte en símbolo del cristianismo, pues sabemos que en las primeras comunidades el símbolo que los identificaba era el pez.

También podríamos hablar desde el punto de vista estético de este símbolo y veremos cómo su aspecto y su forma han ido variando, existiendo muchos modelos, que por ser del conocimiento de todos no voy a detallar. Existen igualmente muchas opiniones de cómo fue la cruz donde Cristo murió, de su forma, de cómo el reo condenado a esa pena solamente cargaba con el palo transversal y no como la iconografía nos lo dibuja.

  Lo que aceptamos y creemos es que Jesús, el hijo de Dios, en su infinita providencia, escogió esta forma de morir para salvarnos.

Cabría preguntarse, ¿Por qué de esta manera? ¿Por qué en ese sitio tan atroz? Sabemos que Jesús sufrió angustias, sufrimientos, insultos, torturas hasta llegar a la cruz. Torturas y sufrimientos atroces.
  Ya en el mismo huerto de los olivos, según nos dice el evangelista, sufrió tal angustia que sudo gotas de sangre, fenómeno este descrito en medicina como “hematoidrosis” y que se produce como consecuencia de un shock neurológico extremo. En cualquiera de esas circunstancias se podría haber producido su muerte, pero el decidió que fuese en la Cruz.

Pero ¿Por qué la cruz?. Yo quiero pensar que con su decisión quiso dejarnos un símbolo, un “algo” que además de identificarnos nos sirviera para dejarnos su mensaje. La vida de Cristo fue un mensaje continuo mientras vivió y debe seguir llegándonos su mensaje cada día a través de la cruz, el lugar elegido para su muerte.

Hoy estamos aquí para exaltar ese símbolo. LA CRUZ. Mas ¿que podemos exaltar de dos simples maderos que se cruzan, sino lo que representan,? lo que nos trasmite su simple contemplación, en definitiva su mensaje.

  Eso es lo que la hace grande, única e irrepetible: su mensaje. Es a este mensaje al que hay que resaltar, el que hay que entender, el que hay que aceptar, el que hay que tomar como norma de vida, el que ha identificarnos como discípulos de Jesús. Así si podremos exaltar su imagen, su figura y su razón de ser.

Y llegados aquí, viene la pregunta ¿Qué mensaje nos trae la cruz?. Yo lo resumiría en una sola palabra “AMOR”.

Si ese es el mensaje de la Cruz, Amor a Dios y amor a los hombres. Es el mandamiento nuevo de Jesús, el que nos dejo en la última cena, el que nos transmitió desde la cruz.

  La misma contemplación de la cruz nos indica cómo ha de ser ese amor. Un larguero que se clava en el suelo, fijando nuestras raíces, somos humanos, afianzados a la tierra, a nuestra forma de entender la vida, a nuestras costumbres y formas de ser, pero el madero se eleva en vertical y nos transmite nuestra vocación de elevarnos a lo más alto, somos humanos, criaturas de Dios y a Dios nos hemos de dirigir. Desde que nacimos, hasta que morimos estamos en un peregrinar, de Dios venimos y hacia el debemos volver, pero este peregrinar no lo hacemos solos, tenemos familiares amigos, hermanos en Cristo con los que hemos de convivir, con los que hemos de compartir y eso nos lo dice el travesaño de la cruz, que se extiende en una dimensión horizontal transmitiéndonos que hemos de compartir y vivir como hermanos, hijos de un mismo Dios.

Nuestra salvación o nuestra condena es individual, no en racimos, pero ella dependerá de cómo hayamos vivido, de cómo hayamos interpretado y de cómo hayamos respondido al mensaje de amor que la cruz representa.

En los tiempos que nos ha tocado vivir, vemos como la palabra Amor, se queda en un simple adjetivo, apenas sin valor. La prensa diaria, la televisión, los medios gráficos nos ponen de manifiesto cada día el poco valor que se le otorga. Guerras, genocidios, desprecio por los demás, y un largo etcetera nos manifiestan que eso de amar hasta dar la vida, eso de “amor sin límites” eso de amar entregándose y sacrificándose es para muchos, tinta mojada.

El mensaje que nos trae la cruz, el que pretendemos exaltar es de Amor con mayúsculas, algo así como nos dice San Juan en su carta a los corintios, el amor todo lo puede, todo lo cree, todo lo perdona, no lleva cuentas del mal, es comprensivo, es misericordioso, y así no nos cansaríamos de calificarlo, ese es el amor que Jesús nos trasmite desde y a través de la cruz. Mas la cruz no es solo la de Cristo, todos y cada unos de nosotros tenemos la nuestra y el mismo Jesús nos dice que quien quiera ser su discípulo cargue su cruz cada día y le siga.

Lo primero que hemos de saber es cuál es nuestra cruz, conocerla, saber a que nos condiciona para poder aceptarla. No sería posible aceptarla, quererla, abrazarse a ella, si no sabemos como es, que nos pide, que nos aporta.

En la medida en que la conozcamos nos será mas fácil aceptarla. Tengamos presente, que nuestra cruz, la cruz de cada uno, es individual, única, es como el ADN, irrepetible, porque somos personas distintas, con diferentes formas de ser, de sentir, de comportarnos y son nuestras acciones las que irán condicionando que esa cruz nuestra, propia, pueda ser más o menos llevadera. Algunos intentan evadirla, ignorarla, son lo que piensan “yo no” “a mí no” no caigamos en pecado de soberbia al pensar que somos mejores que los demás, no señalemos si antes no nos hemos examinados. Así será como podremos conocer nuestra cruz, aceptarla y amarla.

Porque tenemos que amar la nuestra y al mismo tiempo ser cirineos y ayudar a los demás a poder llevar la suya.

Cirineos por amor, amor con mayúsculas como dije antes, amor al prójimo, al hermano, al vecino al conocido, al que no, cumplir así el mensaje que desde la cruz Cristo nos manda y que hoy exaltamos.
Tenemos que amar la cruz, no solo como símbolo que nos identifica, sino como señal de vida. Y para amarla, exaltarla, convertirla en nuestra señal de identidad hemos de tener fe en ella.

La fe que sabemos es un don que Dios nos concede, es la respuesta personal a una llamada, pero que sin ella no hacemos nada. Pero esa fe va unida al amor, de esa forma podremos creer y así transmitir lo que amamos, lo que conocemos, aquello en lo que creemos.

Seguro que todos conocemos hechos que son frutos de esa fe. Seguro que todos sabemos de personas que han sufrido o han vivido hechos y situaciones que se escapan a la comprensión cotidiana y que han sido fruto de esa fe en sus creencias, en sus convicciones, en sus sentimientos más profundos, en definitiva en el amor a dios, fruto de la fe. Si no creemos de verdad, si no somos capaces de defender aquello que nos guíe y nos motive, si no estamos convencido de ello, difícilmente podremos convencer, podremos transmitir, podremos exaltar, podremos pregonar el amor que dios nos deja en su mensaje. El misterio de la cruz, la creencia en su poder.

Serían innumerables las historias que podamos conocer a este respecto. Yo hoy quiero contaros una personal, vivida en mi familia.

Mi padre, hombre bueno, de fe profunda, asistió ya de mayor a unos de aquellos recordados “ Cursillos de cristiandad” al termino del mismo a los cursillistas, se les entregaba un crucifijo de recuerdo. Desde aquel día, hacía su lectura de los evangelios con la cruz en la mano. Un buen día la extravió, se buscó por la casa y apareció. Le oí decir a mi madre que estaba convencido de que si la perdía, su muerte estaba próxima. Pasado un tiempo una terrible enfermedad se le detectó, desde el hospital pidió que le llevásemos su crucifijo. Por más que se buscó, no apareció. Al mes y medio mi padre falleció. Conté un día esta historia a un buen amigo de mi padre, muchos le conoceréis, se llama Vicente Mira y tras oírla, a los pocos días me regalo una cruz idéntica a la de mi padre, que llevo siempre conmigo y a la que me aferro en momentos de necesidad.

Con este simple relato quiero resaltar lo importante de la fe, y lo importante de nuestra respuesta a esa llamada.

Confiemos pues en la Cruz y oremos a Dios estando aferrados a ella.
Cruz Bendita que al cielo te elevas
Sendero de rezos y peticiones
Cruz bendita que del cielo bajas
Trayendo esperanzas y bendiciones

Símbolo hermoso de perdón divino
Que a todos cubres con tu sombra
Árbol recio a que aferrarse
Camino redentor de quien zozobra

Que tú sombra Cruz bendita
Marque el camino de salvación
Marque la senda que conduce a cristo
Marque nuestro peregrinar hasta Dios

Protege cruz bendita a cuantos te rezan
A los que ante ti se postran con ilusión
Recoge y traslada nuestros rezos
Enséñanos el mensaje de dios

Déjame que a ti me abrace
Déjame por un momento
Sentir con fuerza sobre mis hombros
El dolor, el consuelo de tanto sufrimiento

Déjame llevarte conmigo
Déjame ser tu cirineo
Déjame mostrarte ante los hombres
Déjame ser tu pregonero

Que lleve esperanza a los que sufren
La pobreza, la droga y el paro
Que pueda llevar tu consuelo
A este mundo desesperado

Que te lleve colgada al cuello
También prendida en la solapa
Pero que sobre todo sepa
Llevarte a todos con mi palabra

Palabras y ejemplos de vida
Exaltando así tu mensaje
Mensaje del mismo cristo
Para que así todos se salven

Quiero cargar mi cruz y seguirlo
Quiero con fuerza abrazarte
Quiero mostrarte gloriosa
Quiero que todos te exalten

Que seas faro que nos guíe
Madero al que aferrarse
Cando la vida nos azote
Con sufrimientos, con hambre
Con problemas de trabajo
Con desgracias familiares
Que a ti agarrad logremos
Que la felicidad nonos falte
Que tengamos alegría

Que tengamos ilusiones
Y que al verte cruz bendita
Se alegren los corazones
Con la esperanza certera
Que cristo en ti murió
Y nos devolvió a la vida
Y nos trajo la redención.

Ya vemos lo hermoso de amar la cruz, pero siendo realistas, también lo difícil que resulta, cuando se hace de verdad.Estamos viviendo una época donde cada día vemos como se infravaloran, se pierden, son atacados todo aquellos valores que guarden relación con la espiritualidad, en especial contra los valores cristianos.

Son cada día más los que enarbolando una falsa bandera de libertad y democracia, atacan todo aquello que se relacione con Iglesia, religion, Dios.

En un equivocado concepto de libertad democrática, algunos están cayendo casi en el fanatismo anti religión, sin pararse a pensar que la libertad de unos termina donde comienza la de los demás.

No entiendo de política, y a tenor de lo que vemos cada día menos aún. Por eso no entiendo ni comparto esa persecución, esa obsesión por parte de personas y grupos que con sus propuestas y leyes no me siento a gusto.

Hoy vemos como se intenta suprimir la enseñanza de la religión en las escuelas, de cómo se han tenido que quitar el símbolo de la cruz de aulas y demás locales. La ultima papara fada que he oído de boca de una determinada política era la propuesta de eliminar los crucifijos de las habitaciones de los hospitales, por considerar que afecta al estado emocional de los pacientes.
En resumen todo un ataque, todo un despropósito.

Ante esto, los cristianos, los que creemos en Jesús y en su mensaje, debemos de convertirnos nuevamente en misioneros y proclamar ese mensaje de la cruz en el que creemos. Y aquí, en este campo de batalla es donde entramos todos.

No podemos ser de esos que dicen que el mensaje de Jesús es cosa de los curas, de los obispos, de los religiosos, de la Iglesia.

Iglesia somos todos desde el momento en que somos bautizados. En ese sacramento se nos unge como sacerdotes, profetas y reyes, pues como buenos profetas tenemos la obligación de proclamar el mensaje de Jesús, ese que nos dejo desde la cruz.

Y dentro de la iglesia, entre los muchos colectivos que la integran, nosotros hemos elegidos el de ser cofrades, el pertenecer a una entidad, que sin olvidar su vertiente social, que dio origen a las mismas, hoy su principal misión es dar culto a Dios, transmitir su mensaje, difundir el evangelio, y hacerlo con palabras y obras, con oración y testimonio de vida, con entrega y con perseverancia.

Y ¿Quién mejor que nosotros? Hermanos de laVERA CRUZ, para ello?

Son muchos los años, es larga ya la historia de esta querida cofradía isleña, asentada en este barrio de Santo Cristo.

A lo largo de esa historia ¡cuantos hombres y últimamente mujeres también han pasado por ella¡ Y en esa vivencia cotidiana se han crecido, se han formado, han aprendido los valores del mensaje de la cruz.

Yo recuerdo a un niño delgado, moreno, de pelo rizado, que nació a escasos metros de aquí, que corría por estas calles, cuando no se parecían en nada a lo que son hoy. A ese manchón de Madariaga, donde hoy se asienta este templo, al juego de pelota en la plaza del Cristo viejo, a colarse por las rejas de la unión montañesa a coger los dátiles que caían de las palmeras, a ese ir de peregrinar a la playa de caño herrera, a ver esos entierros con carrozas tiradas por caballos recorriendo estas calles, mientras Juanelo desde el campanario daba el toque de difuntos, a tantas y tantos recuerdos de la infancia, de la adolescencia.

Ese niño se hizo adolescente y ya frecuentaba la iglesia del Cristo, sobre todo en los preliminares de la semana santa.

Esa iglesia, hoy capilla. Y que está en el deseo de todos que pronto su restauración sea una realidad.
Allí fue bautizado, allí recibió su primera comunión, siendo alumno de la recordada Academia Ramos, de la señorita LILI.

Y en el seno de esta cofradía fue aprendiendo a ser cofrade a relacionarse con hombres que con su ejemplo y sus enseñanzas lo fueron haciendo madurar.

Cuantas historias, cuantas anécdotas podría contarnos este niño, ya hecho hombre, de aquellos años en el seno de la cofradía.

A doña maría que acudía puntualmente a colocar las flores de jarro y la crixofila en aquellas ánforas plateadas que rodeaban el paso. Al mayordomo Luis rugero que recogía y guardaba cualquier herramienta que estabas utilizando, a poco que la soltaras. A la junta que repartía aquellas bolsas de papel “tipo americanas” con los avíos para hacer pucheros a los necesitados, en la mañana del Miércoles santo. Al cojo Cumbrera, con su pandilla tocando las campanas. Aquellos barreños de cinc donde se traían las flores, metidas en agua y que se guardaban en la Unión Montañesa. A Antonio el sacristán que parecía que la iglesia era suya, así todo un miércoles santo de idas y venidas en un ambiente de trabajo, de cordialidad.

  Especial recuerdo de este joven para el que fue hermano mayor Luis Jiménez, trabajador y entregado, posteriormente a Juan Melendez, con quien TB fraguo buena amistad.

  Este joven podría estar contando anécdotas de aquella época durante horas, pero no se trata hoy de eso.

Hoy se trata de exaltar la cruz y animar a ello a aquellos que han querido hacerlo a través  de su militancia en el seno de esta cofradía.

Animo pues y al mismo tiempo felicito cordialmente a ese grupo de hombres y mujeres que comandados por el Hermano mayor, mi buen amigo Mariano, han visto como nuevamente han contado con la confianza y el apoyo del resto de los hermanos, renovando así un nuevo mandato al frente de esta corporación nazarena.

  Que tiene unos importantes retos por delante, como la restauración total de la capilla, que a pesar de las dificultades no nos cabe dudas de que pronto será una realidad. Animarlos a seguir con todos sus propósitos, que con su trabajo y el de su junta de gobierno Irán llegando a buen fin.
Me gustaría pedirle, algo que ellos saben como yo. La importancia del grupo joven, de su integración, de su formación, formación en lo cofrade, en lo cotidiano y sobre todo en la fe. Esa fe que nos hace aceptar el mensaje de la cruz y a comprometernos a hacerlo cada DIA.

  Y trasladar a los jóvenes de hoy, a los que conforman el Grupo Joven de esta hermandad, que así como de aquellos que os precedieron salieron hombres cabales, buenos profesionales, padres de familias que se forjaron en la fe a través de la cofradía, hoy os toca a vosotros. Aprovechad la ocasión que se os presenta, sois el futuro, no solamente de esta Cofradía sino los profetas que habréis de seguir llevando el mensaje de la cruz, aprended de los mayores, contad con el apoyo espiritual de los sacerdotes que tenéis a vuestros lado, trasladar a los demás lo que veis, lo que aprendéis y así ir profundizando en el mensaje de la Cruz del que debéis ser portadores y voceros.

Agradeceros también ese bonito detalle que tuvisteis conmigo días pasados entregándome las tapas donde he traído estos folios escritos, pase un momento sumamente agradable y ya entonces sentí vuestro calor y cariño.

Un poeta, cantautor, dice en la letra de una de sus canciones “Que suerte he tenido de nacer” “Para ser rio en lugar de ser laguna” “para ser lluvia en lugar de ver llover”. Pues así tenemos que vivir nuestra vida como mensajeros de la cruz. Siendo ríos que correr y llevan vida a los sitios por donde pasan y no lagunas, paradas de aguas que no vivifican nada. Para ser lluvia que empape que trasmita, en lugar de estar estáticos simplemente viendo lo que hacen otros.

Así, de esta forma seremos hermanos de la Vera Cruz, así transmitiendo el mensaje de la cruz a los demás nos conocerán y nos llamaran CRUCEROS, que ser cruceros no es ser un barco de lujo, es ser cristiano, discípulo de Jesús, que ha recibido un mensaje, que tiene a la cruz de Cristo como símbolo y emblema y que lo vive y lo transmite a los demás.

Como veréis no resulta fácil ser un buen crucero, pero sí que resulta hermoso. Es todo un programa, es un plan de vida.

A veces las fuerzas flaquearan, entonces tendremos que pedir ayuda, y que mejor ayuda que tener una guía. Una compañera de viaje. La persona que con su ejemplo y su vida mejor haya podido amar y exaltar la cruz y todo su significado.

Me refiero, claro esta a María, nuestra madre. Ejemplo de humildad, de obediencia de entrega. Da igual bajo que advocación, pero seria ingrato si no nos fijamos en las dos que tenemos en esta parroquia. María Santísima de la Amargura, humilde, sin palio, sin candelaria, solo consolada por la mirada afable de su hijo y el calor de su mano sobre sus hombros. Y como no, nuestra titular María Santísima del Mayor Dolor. Porque no cabe mayor dolor que ver a su hijo muerto por redimir a la humanidad.
Ella mas humilde aun, ni siquiera nos deja ver su rostro, ella solo tiene mirada para la cruz que esta ante ella y ver a su hijo, fruto de sus entrañas, crucificado y muerto pendiendo del madero.
Aceptamos y creemos que María es la mediadora de todas las gracias, que es camino de salvación, así que recurramos a ella cuando las fuerzas flaqueen, que ella nos ayudara a llevar nuestra cruz, a ayudar a los demás y a ser pregoneros de su mensaje.

Y siguiendo con nuestra historia, aquel niño de que hablaba, se hizo mayor, siguió y sigue siendo cofrade, ha tenido la inmensa suerte de poder hacer pregones, ha podido con su humilde aportación ser  portavoz del mensaje de Cristo, ha podido cantar a lo más bonito del cielo a María y hoy en esta tarde ha querido exaltar la Cruz con unas pocas palabras, sentidas, salidas de su corazón. No sé si lo habrá conseguido, eso ya dependerá de cada uno de vosotros. Lo que sí, os da las gracias a todos por la atención prestada y se despide con la misma ilusión que aquel niño que recorría estas calles, no sin antes deciros como pienso yo que hemos de amar la cruz.
  Me gustaría pensar que a algunos de los aquí presentes les ha llegado el mensaje que esta tarde aquí me trajo.
Me iría satisfecho si con ello he podido animaros a ser buenos cristianos y mejores cruceros. Me gustaría que todos sintiéramos la necesidad de exaltar y amar la cruz cada día, hasta que un día nos reunamos bajo su sombra. San Juan de la cruz nos dice que en la tarde de la vida seremos únicamente examinados en el Amor. Ese amor que cristo nos transmite cada día ese amor que hemos de corresponder y trasladar a nuestro entorno, a nuestra vida.
Si hermanos. Amemos la cruz.

Amar la cruz

Amar la Cruz es ser discípulo
de quien todo nos lo ha dado
es amar a Jesucristo
es amar a nuestro hermano.

Amar la Cruz es ser cristiano
y entregarse cada día
a ser testigo de Dios
y ejemplo entre los humanos

Amar la Cruz es levantarse
con la luz de cada día
deseando ser mejor
y entregando nuestra vida

Amar la Cruz es ser sincero
no mentir a los demás
dar ejemplo de honradez
ir diciendo la verdad

Amar la cruz es ser feliz
con el pan de cada día
huyendo así de la envidia
no alimentando codicia

Amar la cruz es caridad
amar la cruz es sentimiento
amar la cruz es amargura
amar la cruz es sufrimiento

En la cruz Cristo murió
por todos entrego su vida
para traer el perdón
y devolvernos la vida

Esa vida que perdemos
esa vida que dejamos
cuando perdemos la fe
cuando perdidos pecamos

Hay que conocer la Cruz
hay que agarrarla con fuerza
llevarla con alegría
con sufrimiento y grandeza

Así que digan de nosotros
que somos buenos cristianos
porque llevamos la cruz
por la que somos hermano

La cruz en la que creemos
la del amor verdadero
la cruz que nos representa
porque todos somos cruceros

Cruceros de Miércoles Santo
cruceros del año entero
cruceros de toda la vida
eso si que es ser crucero

Con la túnica negra
con el fagin de esparto
con un traje de chaqueta
llevemos la cruz en alto

Sintamos el orgullo propio
de ser todos pregoneros
que digan al vernos pasar
que somos buenos cruceros

Que no solo es un madero
que la cruz es mucho más
es un ejemplo de vida
es amor y caridad.

es ayudar a los pobres
es orientar a los ricos
es sufrir con el que sufre
es consolar al que llora
es socorrer al enfermo
es confortar al herido
es alimentar al hambriento
es levantar al que cae
es animar al perdido
es sentirse compañero
es sentirse buen amigo
Ser buen padre, ser buen hijo
ser para todos hermano
ser un ejemplo de vida
ser por ello buen cristiano.
Tener la cruz como insignia
emblema ante el mundo entero
Y aferrandonos a ella/ decir que somos cruceros

Muchas gracias.
 

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