El Ayuntamiento de Sevilla, a través de la Gerencia de Urbanismo y en coordinación con el Distrito Nervión, ha realizado trabajos de conservación del templete de la Cruz del Campo, situado en la calle Luis Montoto, centrados en la reposición de piezas del perímetro exterior, la reparación y recolocación de los ladrillos deteriorados de los graderíos así como en la mejora de fachadas y limpieza de elementos de este Bien de Interés Cultural con un presupuesto de 20.000 euros.
El perímetro exterior de la Cruz del Campo presentaba paños desplomados y alabeados así como oxidaciones importantes que incluían la pérdida de remates y macollas. Para la reposición de piezas se ha diseñado un molde específico de forja que no existía y con el que se han generado 33 lanzas cuya colocación se está ultimando, según ha explicado en un comunicado el Ayuntamiento de Sevilla.
Los nuevos elementos mantienen el diseño, materiales y tonalidades de las originales con el objetivo de "preservar una estética similar a la de su inauguración en el siglo XVI así como a la de su posterior rehabilitación de 2007-2008".
Ese mismo objetivo se mantiene en las labores de conservación del graderío del monumento, en el que se localizaban ladrillos sueltos y afectados por diferentes patologías. Se han eliminado restos vegetativos de las fábricas y se ha aplicado un tratamiento de conservación. La actuación se rematará en los próximos días con un tratamiento específico para todo el conjunto que incluye trabajos en altura contra las humedades y la limpieza de los elementos.
"Se trata de una intervención técnica de enorme importancia para la protección de un bien patrimonial de la ciudad como es la Cruz del Campo que recuperará próximamente su imagen una vez terminados estos trabajos", ha explicado el delegado del distrito Nervión, Francisco Javier Páez, quien ha visitado los trabajos durante esta semana. La intervención se suma además a la reciente recuperación del muro de los Jardines de Buhaíra.
El Templete de la Cruz del Campo, monumento declarado Bien de Interés Cultural, está formado por cuatro gruesos pilares sobre un graderío de fábrica de ladrillo, que sostienen unos arcos ojivales que sustentan a su vez un cupulín ochavado por medio de un interesante juego de pechinas interiores.
La parte superior del templete está rematada con almenas y merlones que dejan entrever su cúpula. En su interior el templete alberga una cruz de mármol blanco, atribuida a Juan Bautista Vázquez, que muestra una imagen de la Virgen, por uno de sus lados y un Crucificado por el otro.